En mi afán lógico y desesperada por cobrar lo que mi padre me dejó en montepío, y que no he recibido desde el año 2004, he cumplido con todos los requisitos y supervivencias, antes en Manabí y ahora en Guayas, en donde resido.

Mandé una carta al Presidente de la República el 7 de mayo del 2008, explicándole mi difícil situación económica, que no reclamo dádivas sino un derecho de hija del causante Homero Abelardo Cabrera Recalde, para que intervenga con su delegado Ramiro González, aunque también le dirigí una carta a él. Durante muchos años estoy tratando de que me den el dinero acumulado.

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 Recién recibí una comunicación del IESS que me dice que yo tengo que presentar partida de matrimonio de mis hermanas Lourdes y Mirtha. Ellas hace como 10 años que viajaron a Europa, no mantengo comunicación ni relación con ellas, además desconozco en qué país viven y si están casadas o no. ¿Esta absurda disposición será impedimento para que yo pueda cobrar?

Por favor, señores, seamos humanistas en este gobierno de nuestro joven Presidente. Mantengo a mi hija, ya que soy madre soltera y tengo a mi cargo a mis dos sobrinas que las he criado; trabajo, pero mi sueldo es limitado y no vivo del Estado porque soy luchadora y creo en las oportunidades que da la vida. He entregado durante estos años todos los papeles requeridos, viajé a Quito, pero nada; ya no puedo hacer absolutamente nada. ¡Solo faltaría revivir a mi padre para llevarlo al IESS!

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Señores, ahora está mi expediente con la Lcda. R. Quijano, ruego de una vez por todas que me sea entregado mi dinero.

Mi situación es dura, no creo que tenga que pasar el resto de mi vida mandando comunicaciones al Presidente y al IESS.

Olga Fabiola Cabrera Meza,
Guayaquil