Arun Shanbhag, profesor adjunto de la Facultad de Medicina de Harvard, dijo que no había oído el término periodismo ciudadano hasta el momento en que estaba en su terraza al sur de Mumbai el día que atacaron los terroristas.
Entonces escribió mensajes cortos sobre lo que veía a través de un servicio de Internet llamado Twitter. “Sentí que tenía la responsabilidad de compartir mi visión con el mundo exterior”, escribió Shanbhag en un correo electrónico a Brian Stelter de The New York Times.
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Los ataques terroristas en Mumbai pusieron en evidencia un cambio fundamental en cómo se informa y se consume las noticias a escala mundial. Ese día, los mensajes en Twitter, los videos y las fotos de celulares en Flickr ofrecieron un panorama más completo de las etapas iniciales de la masacre que los medios informativos.
La violencia en Mumbai no marcó el punto de inflexión de la dominación de los medios masivos. De hecho, ese hito ya fue superado. Los diarios del mundo entero enfrentan una disminución tanto en la publicidad como en los lectores.
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Los Twitter y los Flickr del mundo constituyen apenas una parte de cómo se está llenando el vacío que deja la menor cantidad de personal en diarios y canales de difusión.
Conforman una nueva forma de actividad informativa en Internet que surgió en varias ciudades estadounidenses, ofreciendo información seria por parte de periodistas profesionales. Estos no se ven obligados a cargar con el peso de costosas máquinas de impresión y entregas a domicilio.
Uno de ellos, descrito el mes pasado por Richard Pérez-Peña en The New York Times, es VoiceofSanDiego.org, que es sin fines de lucro y ha divulgado varios escándalos desde que fue lanzado en 2005. Otros emprendimientos similares surgieron en Minneapolis-St. Paul, Seattle, St. Louis, Chicago y New Haven, Connecticut. “Ahora la información es un servicio público y a la vez un producto”, dijo Andrew Donohue, editor ejecutivo de VoiceofSanDiego.
En otro artículo, Stetler, de The New York Times, habló de los conductores veteranos de informativos televisivos que están siendo despedidos debido a sus altos sueldos. En Denver, Los Ángeles y Chicago, personalidades de los informativos locales se han quedado sin trabajo.
Una técnica aún más drástica para ahorrar dinero es la que utiliza actualmente el editor del Pasadena Now, un diario para la Web. Su director, James Macpherson, despidió a sus siete empleados y tercerizó la cobertura del suburbio de Los Ángeles a India. “Pago por artículo, igual que en el negocio de la indumentaria”, dijo a la columnista de The New York Times, Maureen Dowd. “Mil palabras son US$ 7.50”. (Este artículo tiene cerca de 600).
Los periodistas reemplazados ganaban entre US$ 600 y 800 por semana. Macpherson trabajó para diseñadores de ropa en los ’90 y había tercerizado trabajo a Vietnam. Admitió a Dowd que con los artículos de diario, en la traducción algo se pierde. Pero no es el único que ve la tercerización como una solución para los diarios.
Dean Singleton, cuyo MediaNews Group de 54 diarios es el segundo más grande de Estados Unidos, comentó en una reunión de directores de diarios realizada en octubre que su empresa está recurriendo a la tercerización en todos los aspectos del negocio.
“Si hay que llevarlo afuera, se lleva afuera”, dijo Singleton. “En el mundo de hoy, si tu escritorio está al final del pasillo o en la otra punta del mundo, en lo que a la computadora respecta, no tiene importancia.”