El qarterback de la NFL, Michael Vick, cuya carrera se vio truncada por organizar peleas clandestinas de perros, se declaró culpable de un delito vinculado a la práctica y algo que eventualmente podría adelantar su regreso a la NFL.
Vick, de 28 años, se declaró culpable de un cargo ante un tribunal estatal e inocente por otro delito que posteriormente fue desestimado. El ex astro de los Falcons de Atlanta recibió una sentencia de tres años con libertad condicionada.
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Quiero disculparme con el tribunal, mi familia y todos esos jóvenes que me tenían como figura modelo, declaró Vick ante el juez.
Vestido con un traje gris, Vick llegó al tribunal con custodia policial y esposado en las muñecas y tobillos.
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Su madre Brenda Boddie, su hermano Marcus Vick y su novia Kijafa Frink le acompañaron, junto a otros familiares y amigos. La madre de Vick declinó dar declaraciones, pero Marcus Vick admitió que la familia estaba aliviada de que el calvario finalmente ha terminado.
Tras la audiencia, el fiscal del condado de Surry, Gerald Poindexter, se acercó a la madre de Vick, le dio un brazo y le dijo que al menos parte de esto ha llegado a un final.
Vick ha cumplido arte de una sentencia de 23 meses en una penitenciaría en el estado de Kansas tras ser encontrado culpable en un caso federal. Debe salir libre el 20 de julio del 2009 y tendrá que cumplir con tres años de libertad condicionada.
La ley federal prohibe la liberación de un prisionero si todavía tiene cargos pendientes.
Vick fue hallado culpable en agosto del 2007 por su participación en una empresa que organizaba peleas de perros con el fin de hacer apuestas y en la que varios pit bulls murieron.
Las peleas se realizaban en una residencia suya en Surry County, al sureste de Richmond. También admitió que participó en la matanza de una media docena de perros.
Tras la sentencia, el jugador se declaró en bancarrota tras perder casi todos los 130 millones de dólares del contrato récord de 10 temporadas que firmó con Atlanta en diciembre del 2004.
Vick fue suspendido sin derecho a paga por la NFL y perdió todos sus lucrativos contratos de patrocinio.