La propaganda electoral tapiza Petare, en el municipio Sucre, la mayor barriada de Caracas, castigada por la pobreza, la violencia y la falta de servicios básicos, y que es el campo más importante en la batalla electoral entre oposición y Gobierno en la capital venezolana.
El avasallante rojo identifica al Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, que postula al ex ministro Jesse Chacón, y el amarillo al “candidato unitario” opositor, Carlos Ocariz, el favorito según las encuestas.
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“Queremos el socialismo, porque Dios desea que todos seamos iguales. Chávez tiene que seguir gobernando”, aseguraba María Teresa Padrón, una anciana de 80 años.
“Chávez patea la democracia, es un dirigente que conduce al pueblo presentando una idea falsa”, respondía César Rodríguez, que labora como albañil.
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Los problemas municipales son comunes al resto del país: inseguridad, recolección de la basura, transporte público y congestión vehicular.
Una oposición triunfante en Petare podría exhibirlo como su más importante bastión popular urbano. Mientras que, conservando el Municipio, el Gobierno reforzaría la idea de su fortaleza entre los sectores más pobres de la población.
Pero a Cruz Salazar esas estrategias políticas le son intrascendentes. Su mayor preocupación es evitar que el agua y la basura entren a su casa cuando llueve, que Daniel, su hijo de mes y medio, se enferme o que no la roben los “malandros”.
“Yo siempre voté. Prometían y prometían, pero pasaban las elecciones y nunca cambió nada", aseguró Salazar, quien se define como ex simpatizante del presidente Hugo Chávez y precisa: “hasta el año pasado”.