Creer o no creer en el amor que nace y florece en un reality. He ahí la cuestión. Dudo que el amor-reality exista, pero lo que sí se puede encontrar en ‘The Bachelor’ son humillaciones, cursilerías y frases soeces. La novena temporada se exhibe en Warner Channel.

Italiano, millonario y príncipe son las características del soltero codiciado de turno. Las versiones del reality dan para todo ‘The Bachelor: The Woman Tell All (The Bachelor: las mujeres hablan de todo)’ es un formato para sacar los trapos al sol.

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¿Qué nos llama la atención? Pues un argumento digno de un guión de ficción, chicas hermosas peleando en una misma casa por un tipo que se divierte  besando a todas.

¿Denigrante?  No, señores, para estas bellezas lo denigrante es que el príncipe no las haya escogido pese a sus esfuerzos.

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Pero lo mejor es que sienta al soltero codiciado en el banquillo y ellas son las juezas.  Un momento para preguntarle ¿por qué no me escogiste a mí? Lástima por ellas, su sufrimiento es el goce del televidente y lo que para el príncipe será un juego, para algunas de ellas es la vida, dependen mucho de la superficialidad de su entorno.

Programa no apto para gente con problema de identidad: la ambigüedad entre lo que significa  la felicidad, los valores y la lucha por un sueño basado en lo material y superficial; pueden causar trastorno mental.