Los restos de los pequeños, de 3 y 5 años, salieron del hospital situado en la residencia de ancianos de esta población de la provincia de Cuenca, donde fueron velados. Familiares y amigos llevaron los féretros hasta la parroquia de San Marcos Evangelista atravesando un pasillo formado por niños ecuatorianos que lanzaban pétalos de rosas y portaban banderas de Ecuador, de donde son los padres de las víctimas.