Los nueve países que integran la fuerza para el mantenimiento de la seguridad en Haití acordaron este viernes recomendar a las Naciones Unidas la prolongación por un año más de esa misión.
Desde junio de 2008 a junio de 2009 la actividad tendrá un costo de 575 millones de dólares, dijo el representante de las Naciones Unidas para Haití, Luiz Carlos da Costa.
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Para considerar la situación se reunieron en la capital uruguaya representantes de las cancillerías y de ministerios de Defensa, los países miembros de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (Minustah), que son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay, el representante de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Dante Caputo.
Estuvo también Patrick Elie, representante del presidente haitiano René Preval, quien aunque consideró que hubo avances en materia de estabilización y seguridad, se mostró preocupado por el surgimiento de una nueva criminalidad, los secuestros llevados a cabo por organizaciones.
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Elie indicó que los secuestros se suman a acciones de narcotráfico, contrabando y trata de personas, aunque a merced a la misión de paz se han visto disminuidos.
El subsecretario de defensa de Uruguay, Jorge Menéndez informó en rueda de prensa que fue un encuentro de carácter político y de coordinación en cuanto a la calidad de sus integrantes, donde Colombia y México estuvieron como observadores y países que integraron o integran el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como Panamá y Costa Rica.
Las decisiones acordadas en esta reunión serán elevadas a la Secretaría General de la ONU y éste a su vez las traslada para su aprobación al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para proseguir las actividades de la Minustah. En total las fuerzas armadas superan los 7.000 soldados y 2.000 policías.
Menéndez agregó que se estableció la necesidad de profundizar las medidas que tengan que ver con el apoyo a la reinstitucionalización de la república hermana de Haití. De la profundización de los trabajos que tienen que ver con lo social, con lo económico, de manera que la Minustah progresivamente en el tiempo adecuado no sea necesaria porque este país obtenga su necesaria recuperación social y económica y por otro lado genere lo mecanismos propios e idóneos para resguardar su propia seguridad.