La Universidad Central del Ecuador es el bastión de la izquierda en Ecuador, gracias al trabajo en las bases que ha ejercido la FEUE.
Por esa razón, la primera organización que le hizo frente ideológico fue la Federación de Estudiantes Católicos de Ecuador FEUCE, fundada en 1967 en la Universidad católica de Quito, por Pedro Velasco y Juan Velasco Espinosa, sobrinos de José María Velasco Ibarra.
La representación de los estudiantes es el gran problema que tienen estos dos organismos. Por una parte, la Feuce tiene una asamblea general de estudiantes para elegir a sus delegados, sin embargo la votación en las diferentes contiendas electorales no supera el 50% de los estudiantes.
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“Nosotros tenemos un problema, el de la apatía. Ningún presidente de la católica ha ganado con más de 2.000 votos. De por sí, el estudiante es apático, y cuando participa activamente, es cuando las cosas están mal. La última vez que protestamos fue en el gobierno de Lucio Gutiérrez, cuando la cosa ya estaba muy apestosita”, dice René Pérez, presidente de la Feuce.
En la Universidad Central, en cambio, la representación de los estudiantes está delimitada hasta la conformación de las asociaciones de escuela, que son electas a través de voto. Sin embargo, esos presidentes son los que eligen a las directivas de la FEUE de cada ciudad y la nacional.
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Para Sebastián Cevallos, presidente de la FEUE nacional, este es un organismo político que debe velar por las necesidades de los estudiantes, como la gratuidad de la educación, cuidar el nivel académico al ser parte del Conesup (Consejo Nacional de Educación Superior), y motivar la movilización de los estudiantes para velar por estas conquistas.
La FEUE tiene dos organizaciones adjuntas, la Asociación femenina Universitaria (el 62% de estudiantes son mujeres), y la Liga Deportiva Universitaria Amateur (LDUA), dedicada al deporte y a la cultura. “La universidad es una institución netamente política, desde los años 40.
Hay grupos políticos incluso de derecha, para la juventud es más atractivo el cambio y la transformación social con organizaciones de izquierda”, asegura Cevallos.
La división de chinos (seguidores de Mao) y cabezones (pro soviéticos) se ha transformado, la izquierda universitaria apoya al actual gobierno que propone un cambio.
“Es una izquierda revolucionaria, que llama a una unidad que fortalezca la tendencia. Esto es parte de lo que anhelábamos, porque ahora nadamos con la corriente”, complementa Cevallos.