En recuerdo de William John Thomas, que el 22 de agosto de 1846 usó por primera vez el término folklore, en lugar de esos vocablos impropios que identificaban al conjunto de tradiciones, creencias, costumbres y fiestas populares, el Congreso Internacional de Folclore reunido en Buenos Aires, Argentina (diciembre de 1960), estableció la celebración mundial.

Sin bien  actualmente hay mayor cuidado para dar la verdadera categoría de folclórico a la inmensa gama de expresiones vernáculas que conservan todos los pueblos del mundo –entre ellos Ecuador–, los estudiosos insisten en recordar las características que debe tener todo hecho para que ingrese al campo del folclore: ser anónimo, tradicional, espontáneo, funcional y vulgar.

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Los mismos investigadores también sugieren que se reconozca la diferencia entre proyección estética, sincretismo y paralelismo cultural, que evitaría incorporar a la aculturización un montón de errores que inciden en la extinción de costumbres y tradiciones.

Refranes, mitos, leyendas, creencias, bailes, juegos, disfraces, tabúes, artesanías, comidas, canciones, etcétera, son parte del folclore en general, mas, para su mejor estudio el folclore se clasifica en poético, narrativo, lingüístico, mágico, ergológico, social e interdisciplinario. Hay, además, folclore muerto o extinto, moribundo, naciente y motivado.

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En nuestro país, El Pase del Niño, las fiestas de la Mama Negra y del Montubio, los juegos de El florón, la sortijita, las danzas y bailes La iguana, Los mojigos, La curiquinga, las preparaciones de cocina popular como la colada morada y las guaguas de pan, la chicha de arroz y de maní, los apodos y  adivinanzas son parte del vasto patrimonio de su folclore que invitan a su difusión y preservación.

Recordamos, asimismo, la acción  de compatriotas dedicados a investigar e impulsar  el folclore: José Antonio Campos, Darío Guevara, Rodrigo Chávez González, Justino Cornejo, Ángel Véliz, Guido Garay, Argentina Chiriboga, Édgar Allan García, Raimundo Zambrano,  Wilman Ordóñez, Robespierre Rivas,  desde los pioneros hasta los más contemporáneos.