“Algunos atletas homosexuales tienen temor de que si dan a conocer su situación podría resultar en la desaprobación de los simpatizantes y compañeros de equipo, otros se preocupan por el daño que producirían a los patrocinadores”, se indicó en Outsports.com.

“La injustificada atención de la prensa podría también restarle méritos a sus actuaciones”, agregó el sitio.

Publicidad

Nueve de los atletas nombrados por Outsports son lesbianas y sus deportes van desde esgrima hasta el ciclismo. Solo uno, el clavadista australiano Matthew Mitcham es hombre.

La lista incluye a Natasha Kai, una de las estrellas de la selección de fútbol de EE.UU. También, Gro Hammerseng y Katia Nyberg, una pareja lesbiana, que representan a Noruega en handball femenino. Y las  alemanas Judith Arndt (ciclismo), Imke Duplitzer (esgrima) y Linda Bresonik (fútbol). Además, la australiana Rennae Stubbs (tenis), la sueca Victoria Svensson (fútbol) y Vicky Galindo (softbol) de EE.UU.

Publicidad

Outsports.com sostuvo que este número debe ser mayor a la cifra real y argumentó que una estimación más precisa podría traducirse en unos 1.000 atletas. “Por lo que sabemos, hay un remero gay o un jugador de bádminton en alguna parte que se sabe que es gay dentro de su deporte, pero no en un contexto público”, destacó.

Outsports encontró la cifra (10) decepcionante, especialmente después de los esfuerzos de tenistas tales como Martina Navratilova y Amelie Mauresmo de mostrarse más abiertas con su sexualidad.

CUESTIÓN DE MERCADOTECNIA
Eli Portnoy, titular de estrategia de marca del Portnoy Group, una consultora estadounidense especialista en técnicas de marca, dijo que ser abiertamente gay podía funcionar en contra de los atletas. “Puede que las marcas sean cautelosas cuando se trate de promocionar a un atleta gay, citando el ejemplo del clavadista estadounidense medalla de oro, Greg Louganis, cuyos auspiciantes decrecieron cuando el atleta dio a conocer sus preferencias sexuales.

El clavadista australiano Mitcham dijo que él solo deseaba ser conocido como un exitoso clavadista australiano y expresó que su homosexualidad no debería ser un problema.