Mark Spitz, leyenda de la natación mundial, dijo  ayer que los responsables olímpicos debieron invitarlo a Beijing, donde Michael Phelps intenta batir su récord de siete medallas de oro, en un solo torneo olímpico.

Spitz, de 58 años y que saltó a la fama en los JJ.OO. de Múnich en 1972, lamenta no haber recibido nunca una invitación especial para Beijing, a pesar de que Phelps podría batir su récord 36 años después.

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“¿Me voy a sentar allí y ver a Phelps batir mi récord de forma anónima? Es algo casi degradante para mí”, dijo Spitz.

“Nunca me invitaron. No se asiste a los Juegos Olímpicos solo por decir que vas. Especialmente siendo quien soy”, dijo el mítico estadounidense.

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