A pesar de ser las fiestas patronales solo el 12.5% de la población lo conoce y pocos la celebran.
Cuando a Ericka Vera, de 16 años, se le pregunta por qué la ciudad en que nació lleva el nombre de Santiago de Guayaquil, no duda en responder que es por uno de los apóstoles que acompañó a Jesús y cuya figura destacó entre los conquistadores españoles.
Como estudiante de la Unidad Educativa Santiago de Las Praderas (Cdla. Pradera 1), ella recibió desde niña formación en torno al patrono de los guayaquileños, ese que los españoles popularizaron en América durante sus conquistas.
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“Solo en este continente existen más de 300 ciudades que llevan el nombre de Santiago”, afirma la subsecretaria de Educación, Mónica Franco.
Sin embargo, la funcionaria reconoce que a los alumnos, en los establecimientos educativos, se les habla sobre el proceso histórico de la Fundación de Guayaquil, pero sobre Santiago se dice poco.
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Una muestra de ello la obtuvo este diario, con una encuesta realizada el 16 de julio a 308 personas. Los datos revelan que solo el 12.5% de ellos conoce que en este mes se celebran las fiestas patronales; mientras que un 63.20% asegura que lo que se festeja el 25 de julio es la fundación de Guayaquil.
Melvin Hoyos, de la Dirección de Educación y Promoción Cívica de la Municipalidad, explica que todavía es difícil quitarles a los maestros de algunos planteles educativos la idea de que la fundación de Guayaquil fue un proceso que tomó mucho tiempo y no se estableció en una fecha específica.
El funcionario recalca que el nombre de Santiago es de especial trascendencia considerando que esta ciudad fue la primera en llevarlo.
Las crónicas relatan que durante su reinado en España, Ramiro I tuvo que hacer frente a ataques normandos y andaluces. En la legendaria batalla de Clavijo (La Rioja), derrotó a un contingente de tropas emirales, dice Hoyos, y agrega que, según la leyenda, este apóstol se apareció montado sobre un caballo blanco en ayuda del ejército cristiano. Acabó con una cantidad gigantesca de moros, de ahí que Santiago se convierte en Patrono de la región, refiere.
Su vinculación con Guayaquil ocurre en el momento en que los españoles emprendían sus conquistas. El 15 de agosto de 1534, Diego de Almagro, ante la amenaza de Pedro de Alvarado, asistido por Sebastián de Benalcázar fundó en Lirimbamba la ciudad de Santiago de Quito y trece días más tarde la villa de San Francisco de Quito.
“Santiago fue trasladada a la Costa para facilitar la logística del norte quiteño”, refiere José Gómez Iturralde, director del Archivo Histórico.
La Municipalidad reconoció en el 2003 como inicio del proceso histórico de fundación el 15 de agosto de 1534 y su asentamiento definitivo el 25 de julio de 1537. Aunque historiadores señalan a 1547 como la consolidación del reasentamiento.
En una referencia histórica de monseñor Roberto Pazmiño en la revista Levántate (julio 2001) anota que la fiesta de Santiago para los guayaquileños es la fiesta patronal en la que se hace memoria o recuerdo de su fundación española.
El hecho de que el nombre Santiago esté vinculado con batallas no es una casualidad. Quienes lo han estudiado, afirman que la valentía fue una de las cualidades más destacadas del apóstol. “Esto se debió a su formación militar. Él murió decapitado”, dice Teófilo Gaibao, de la Universidad Católica.
Una virtud en la que coincide monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil, originario del País Vasco. “En España existe gran devoción por Santiago porque se conoce que a él se encomendaron los ejércitos y por él se ganaron muchas batallas”, afirma el Arzobispo.
Sus restos fueron trasladados a Santiago de Compostela, en el extremo occidental de España. Justamente la imagen de este apóstol está a la entrada de la Catedral de Guayaquil, donde se lo aprecia con la Concha del peregrino, un sombrero, una cruz y un báculo.