Pobladores de las nacionalidades cofanes, shuar, siona, secoya, huaorani, quichuas y campesinos resultaron afectados especialmente con cáncer, defectos de nacimiento; incapacidad de subsistencia por la muerte de las especies acuáticas y los animales de consumo; incapacidad de producción por la contaminación de los suelos; y la grave afectación a las seis nacionalidades indígenas que habitan esos territorios.

Después de nueve años, el 16 de agosto del 2002, la Corte Federal de Nueva York dispuso que la Texaco se someta a la justicia ecuatoriana.

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Para el 7 de mayo del 2003 Fajardo, ahora como abogado, continúa la demanda a la compañía Texaco.

El juicio contra la empresa Texaco (hoy Chevron) es el primer caso que litiga y que está revestido de gran importancia en lo que se refiere a la lucha por la defensa de los derechos de la población amazónica  y de defensa de la soberanía y las leyes de Ecuador.

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El año pasado fue declarado triunfador en la categoría de Defensor de la Justicia, en el evento Héroes de CNN: gente común, logros extraordinarios, que premia la labor de personas de todo el mundo entregadas a causas sociales y ambientales.

Fue seleccionado entre 7.000 participantes de 93 países del mundo, por el destacado trabajo profesional cumplido en la defensa de los derechos de más de 30 mil afectados de la Amazonía ecuatoriana por los impactos petroleros producidos por la transnacional petrolera, que han generado graves problemas de salud.

Además, junto a Luis Yanza, primer presidente del Frente de Defensa de la Amazonía (FDA), Pablo Fajardo fue reconocido con el Premio Medioambiental Goldman 2008 para Centro y Sudamérica que reconoce la labor que personas comunes y corrientes hacen en favor del medio ambiente alrededor del mundo, a pesar de las condiciones desventajosas de su lucha, y sirve de inspiración para que otras personas ordinarias actúen de forma extraordinaria para proteger el planeta.

Fajardo señala que este premio no significa para él un logro personal sino el reconocimiento internacional de que las comunidades indígenas del país se esfuerzan por conservar su hábitat, mientras que la denuncia contra la Texaco sienta un precedente.

Dice no oponerse a la actividad petrolera, ni a la actividad minera, pero sí a quienes explotan los recursos naturales de manera irresponsable.
A la vez afirma que el país necesita trabajar entre el respeto mutuo, el crecimiento económico y un equilibrado manejo ambiental.

Sobre los avances en el caso Texaco indica que se estudia en la Corte Superior de Justicia de Nueva Loja, en la provincia de Sucumbíos, un informe del perito independiente Richard Cabrera (geólogo y experto en cálculo de los daños de reparación del medio ambiente).

En este informe, presentado el 1 de abril pasado, pese a que se cree que es favorable a la empresa Chevron, se mencionan elementos importantes que benefician a la justicia ecuatoriana, por ejemplo, hace unas conclusiones en las que determina que efectivamente hay un daño ambiental por hidrocarburos y que el responsable de ese daño es Texaco (hoy Chevron Corporation), que no se cumplió la remediación ambiental que había realizado Texaco, e incluso que la remediación ambiental que realiza hoy Petroecuador tampoco está bien hecha.

A la contaminación ambiental generada por Texaco se atribuye el incremento de muertes por cáncer en las provincias de Sucumbíos y Orellana.

En este informe, además de Cabrera, participaron un grupo de especialistas de México, Estados Unidos y España.

Según el experto reparar el daño costaría entre 8 y 16 mil millones de dólares, cifra que los pobladores de estas zonas consideran insuficiente.

Fajardo sostiene que se han realizado avances importantes, pues nunca antes se había demandado a una empresa como Chevron, se logró resistir a un juicio por quince años, lo cual es un gran paso hacia adelante para la justicia del Ecuador y la soberanía del país.

El juez de Nueva Loja les entregó el informe a las dos partes y tienen un plazo de 100 días para pronunciarse, el que corre desde el 14 de abril.

Sin embargo, Fajardo considera que hay daños que el perito no consideró. Por ejemplo, la afectación al agua subterránea, que es la principal fuente de abastecimiento de las poblaciones de la Amazonía ecuatoriana. “Se dice que el agua está contaminada, pero no se dice cuánto cuesta limpiarla”, refiere Fajardo.

Aunque no cuentan con un estudio que determine cuánto costaría la remediación ambiental, informes referenciales indican unos $ 6.300 millones.

Además, los campesinos han reportado daños con su ganado, cuyo costo no se ha determinado. El perito dice que reparar el daño del ecosistema, limpiar las piscinas, el agua, entre otros, todos esos rubros cuestan 8 mil millones de dólares.

También aparece otro rubro de $ 8.300 millones como la ganancia ilegítima de Texaco por hacer las cosas mal.

Según Fajardo, la petrolera Texaco tenía la obligación de reinyectar el agua tóxica, pero no lo hizo porque le costaba dinero, tenía que hacer un mejor tratamiento del gas en vez de quemarlo.

Reparar todos estos daños tomará entre 20 y 30 años y mientras tanto la población va a continuar expuesta, por lo que la población necesita un sistema de agua segura.

Acerca del tiempo que tomará resolverse este juicio, Fajardo y el resto de abogados creen que se lo hará en primera instancia en el 2009.