Apenas se creó la AGD, con los votos de la DP y el PSC, el Estado asumió Filanbanco.

El 2 de diciembre de 1998 el Ecuador conoció la noticia  que confirmaba los rumores de los últimos días: Filanbanco, el mayor el país con 2.291 empleados y medio millón de clientes, pasaba a manos del Estado.

Aun así, sus accionistas, los hermanos Roberto y William Isaías Dassum sabían que esto sucedería por lo menos 35 días antes, desde el 28 de octubre.

Ese día recibieron el primer préstamo de liquidez del Banco Central del Ecuador (BCE) y  empezaron a pasar algunas acciones de sus empresas a nombre de una entidad llamada Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), que ni siquiera se había creado todavía.

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El BCE entregó al banco dos préstamos de liquidez para solucionar su situación financiera. El primero fue el 28 de octubre y el segundo, el 2 de diciembre. Ya le había entregado otros créditos especiales desde septiembre. Todo llegó a sumar $ 426,4 millones.

Mientras, Filanbanco recibía su primer crédito de liquidez, a partir de las 09:00 del 28 de octubre, en el séptimo piso de la matriz en Guayaquil se realizaron reuniones de accionistas de cuatro empresas, cuyo titular era Roberto Isaías, principal de Filanbanco.

En todas las reuniones, así como en otras 13 que tuvieron lugar después, la decisión fue la misma: pasar los bienes de estas firmas a un fideicomiso “a favor de la Agencia de Garantía de Depósitos”. Si la AGD fue creada por el Congreso con los votos de la aplanadora, PSC-DP, el 25 de noviembre de 1998 ¿cómo es que un mes antes, Roberto Isaías ya ponía a nombre de la AGD bienes de su propiedad?

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En efecto, recién el 9 de noviembre, el entonces presidente Jamil Mahuad enviaba al Parlamento un proyecto de ley urgente que incluía una reforma tributaria y la creación de la AGD para enfrentar la crisis bancaria.

Entre las múltiples adiciones que hizo el Congreso hubo una: si un banco estaba en situación de estabilización (caso específico de Filanbanco por los préstamos de liquidez), no pasaba directamente a saneamiento y posterior liquidación, sino que se aumentó un paso adicional: la reestructuración. Este artículo fue insertado por la Comisión de lo Tributario, Fiscal y Bancario, aunque solo uno de sus miembros firmaba el informe, el diputado Simón Bustamante (PSC), que la presidía.

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El miércoles 25 de noviembre, con los votos de los diputados del partido de Gobierno, Democracia Popular, y el Partido Social Cristiano, se aprobó la nueva ley. En esa sesión actuó José Joaquín Franco, en reemplazo del diputado Xavier Neira (PSC). J.J. Franco es hermano del entonces gerente de Filanbanco, Juan, y era la primera vez que actuaba desde que había sido elegido como alterno.

Aprobada la ley y a la espera de su publicación en el Registro Oficial para su vigencia, se abrió el camino del salvataje para un banco cuyos problemas financieros ya eran comentados en los medios de comunicación y admitidos por los funcionarios de gobierno.

Al día siguiente, el 26 de noviembre renunciaron todos los directivos del banco y se redujo su patrimonio de 158 millones de dólares a una acción simbólica de mil sucres.

Y el 1 de diciembre, en el despacho del superintendente de Bancos, Jorge Egas Peña, se reunieron los gerente y presidente de Filanbanco, Juan Franco y Roberto Isaías; y las autoridades monetarias.

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Hasta antes de entrar a la reunión, la propuesta de los accionistas de Filanbanco era entregar $ 55 millones por las posibles pérdidas; así como un adicional de $ 10 millones por activos de riesgo. En la cita, prolongada y extenuante, las autoridades exigieron más garantías. Fue así como el miércoles 2 de diciembre, la JB dio la orden de reestructuración de Filanbanco, por la que pasaba a ser regentado por el Estado, no sin antes recibir la promesa de que los ex accionistas crearían un fideicomiso con activos propiospara cubrir las pérdidas.

La ley protegió a los ahorristas del mayor banco del país, pero no pudo controlar el desbarajuste que vino después. Al siguiente año quebró la mitad del sistema financiero y en el 2000 se adoptó el dólar como moneda.