El presidente Alan García pidió este jueves "hechos y no palabras" del gobierno de Bolivia frente a denuncias peruanas de intromisión en asuntos internos de Perú, y señaló que de ocurrir así, las dos naciones fortalecerán su hermandad y fraternidad.
El mandatario habló del tema un día después que los cancilleres de Perú y Bolivia declararan que las relaciones bilaterales se habían normalizado tras el impasse surgido a raíz de declaraciones del presidente boliviano Evo Morales sobre presuntas bases militares estadounidenses en Perú.
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"Si en adelante no hay este tipo de expresiones, maravilloso, fortalecemos nuestra hermandad y nuestra fraternidad", dijo García a periodistas en declaraciones recogidas por la agencia oficial Andina.
El mandatario descartó que se hubiera producido un incidente con Bolivia, señalando que lo único que hizo Perú fue pedir que nadie intervenga en política interna.
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Esto no es un incidente, es simplemente decir: no se meta... Jamás hemos querido ni injuriar al gobierno o al pueblo boliviano, ni hemos querido poner distancia con el pueblo boliviano, eso está fuera de nuestros propósitos, aseguró.
El miércoles, el canciller peruano José Antonio García Belaunde informó que había recibido una llamada telefónica de su colega David Choquehuanca, que calificó de oportuna, porque según él, había servido para recuperar la cordialidad de las relaciones bilaterales.
A su vez Choquehuanca dijo en La Paz que el incidente con Perú ha sido solucionado y que en su conversación con García Belaunde ambos acordaron fortalecer las relaciones binacionales.
El presidente García recalcó que Perú es respetuoso del camino que cada pueblo escoge y que exige el mismo trato.
"No nos corresponde a nosotros dictaminar y dar lecciones en Venezuela, o dar lecciones a Bolivia o ayudar a la oposición en Ecuador y en Brasil, ese no es nuestro papel, porque eso destruye las posibilidades de integración del continente", explicó.
Con estos comentarios pareció responder a Morales, quien dijo recientemente que el gobierno peruano no debía molestarse por sus declaraciones, argumentando que la defensa de la dignidad de Latinoamérica no es una intromisión sino una orientación para dignificar y defender la soberanía de nuestros pueblos.
Perú reaccionó con molestia, llamando incluso en consulta a su embajador en La Paz, luego que Morales dijo a finales de junio que Estados Unidos estaba llevando sus bases militares a Perú.
El canciller peruano ya se había quejado desde semanas atrás por los repetidos excesos verbales de Morales.
Especialmente molestaron a Perú acusaciones de Morales sobre que Perú estaba destrozando la integridad andina, por su deseo de impulsar un tratado de libre comercio entre la Comunidad Andina y la Unión Europea; y sobre la supuesta influencia de la agencia de inteligencia estadounidense, CIA, en la decisión de Perú de pedir la extradición de su ex asesor de campaña.