Luego de casi una semana de silencio sobre el tema, el Presidente indicó que Acosta era buena gente y que por ello consideraba que los demás  eran igual. Pero la realidad, según Correa, era que pasado el 26 de julio la oposición iba a abandonar la Asamblea y dejar sin legitimidad a la misma. 

Además contó que el lunes 16 de junio, Fernando Cordero  anunció que de acuerdo a Acosta no se podría terminar la Constitución en el plazo previsto. Según el Mandatario, se analizó la situación y se llegó a la conclusión de que sí se podía, pero “si se terminaba con la democracia del bla, bla”.

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El miércoles, el propio Acosta le  comentó a Correa  que no era posible cumplir el plazo. El Mandatario le había dicho que eso era inadmisible, por lo que Acosta  pidió 48 horas para pensar. Al siguiente día, es decir el jueves, al constatar que la Asamblea no iba a trabajar el domingo, se le pidió que se hiciera a un lado.

El Presidente hizo mofa de las mujeres asambleístas que se han vestido de negro simbolizando la muerte de la democracia y dijo que más bien son las viudas de la partidocracia.