La escasez de los barcos que se usan para la perforación mar adentro en aguas profundas impide un rápido avance de la exploración y la oferta de petróleo.

El petróleo se vende por alrededor de 137 dólares el barril –mientras que hace un año costaba 68 dólares– y los barcos petroleros existentes están reservados por los próximos 5 años. Algunas compañías petroleras se vieron obligadas a postergar la exploración mientras esperan turno para contar con una plataforma de perforación, señalan ejecutivos y analistas.

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La demanda es tan alta que los astilleros, de los cuales los más grandes se encuentran en Asia, aumentaron mucho los precios desde el año pasado y un barco puede costar de 100 a 500 millones de dólares.

“Todo el mundo busca plataformas”, dice Alberto Guimaraes, un alto ejecutivo de Petrobras, la empresa petrolera brasileña que descubrió un importante yacimiento submarino pero que hasta ahora no pudo llegar al mismo. “Casi 100% de las compañías petroleras tiene que limitar sus programas de inversión porque no hay plataformas disponibles”, declara.

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El nivel del precio del petróleo, que no tiene precedentes, dio lugar a una verdadera ola de construcción de barcos de perforación. Desde Corea del Sur hasta Noruega, los astilleros trabajan a toda máquina a los efectos de cumplir con una enorme cantidad de pedidos.

Robert L. Long, el gerente general de Transocean, la empresa perforadora más grande del mundo, dice que tiene nueve plataformas marinas en construcción, ocho de las cuales ya están contratadas para períodos que van de 4 a 7 años.

Espera recibir los barcos entre principios de 2009 y fines de 2010.

Transocean estima que el mercado marino seguirá experimentado limitaciones hasta por lo menos 2012. Las empresas petroleras ya contrataron más de las tres cuartas partes de los barcos de perforación que se encuentran en construcción, informa Long.

Se estima que Petrobras, cuyo nombre completo es Petróleo Brasileiro, impulsará buena parte del crecimiento del nuevo mercado en expansión. La empresa estableció un agresivo programa de aumento de su capacidad perforadora y proyecta contratar o construir 69 barcos de perforación en aguas profundas para 2017.

Brasil asombró al mundo del petróleo al anunciar en noviembre el descubrimiento de un enorme yacimiento 320 kilómetros al sur de Río de Janeiro. Los especialistas en energía señalan que el yacimiento podría ser sólo una mínima parte del mayor descubrimiento de petróleo de los últimos treinta años.

Petrobras, sin embargo, sólo cuenta con tres torres de perforación para profundidades mayores de 2.000 metros, y ese es el caso de los nuevos yacimientos.

Los exploradores recorren lugares cada vez más remotos buscando hidrocarburos. Se hallaron reservas de petróleo frente a las costas de África y Brasil y se crearon regiones de exploración prometedoras en el Mar del Sur de China, frente a la costa de India y alrededor de la costa australiana. Pero no será posible desarrollar esos lugares hasta la llegada de los nuevos barcos de perforación.

La mayor parte de los pedidos de barcos perforadores recae en astilleros asiáticos. Las compañías de Singapur y China se vieron beneficiadas, pero los tres grandes astilleros de Corea del Sur –Samsung Heavy Industries, Daewoo Shipbuilding and Marine Engineering y Hyundai Heavy Industries– recibieron la mayor cantidad de pedidos de barcos más complejos y caros.

“El mercado de exploración mar adentro es en la actualidad el sector más pujante de la industria global de construcción de barcos”, dice Lee Jae-kyu, un analista del sector de Mirae Asset Securities de Seúl.

En el astillero de Samsung en la isla surcoreana de Geoje, junto a los cascos gigantescos de buques tanque a medio terminar, grúas y diques secos trabajan durante extensas jornadas en la construcción de barcos de perforación de aspecto extraño como el West Polaris.

El barco de 56.610 toneladas métricas está casi terminado y es más grande que un portaaviones de la Segunda Guerra. Los caños y el andamiaje de acero de la torre dominan el resto de los barcos, que se alinean en el astillero como autos en un enorme estacionamiento.

El barco es un pedido de Seadrill, una compañía de exploración marina de Bermuda, y tiene un costo de 453 millones de dólares. Samsung anunció en mayo que había obtenido un contrato de 942 millones de dólares para la construcción de un barco perforador aun más resistente, diseñado específicamente para el trabajo en el Ártico. El buque, que encargó la empresa sueca Stena Offshore, tendrá un casco que podrá atravesar hielo, soportar olas de quince metros y aislar a la tripulación y la maquinaria de las temperaturas exteriores de 40 grados bajo cero. Las ventas de Samsung de todo tipo de barcos de perforación mar adentro eran de 1.500 millones de dólares en 2005 y llegaron el año pasado a los 7.800 millones de dólares.

A pesar del frenesí constructor, las limitaciones que experimenta el mercado de perforaciones podrían prolongarse varios años más. El último boom de pedidos se había producido a fines de los años 70 y principios de los 80, cuando la exploración aumentó tras la crisis petrolera de la década del 70. En los años 90, el petróleo barato y la abundancia de oferta llevaron a las compañías petroleras a reducir la exploración de forma drástica.