El tema empezó a tratarse el miércoles pasado, en base a un borrador de artículos preparado por una comisión de PAIS conformada por Mónica Chuji (quien es indígena sarayacu), Alexandra Ocles (líder de los grupos afroecuatorianos) y Norman Wray.
El texto consta de dos artículos. En el primero se indica que “el Estado reconoce y garantiza a los pueblos, comunidades y nacionalidades indígenas, y en lo que les sea aplicable, al pueblo afroecuatoriano y otras comunidades ancestrales, los siguientes derechos colectivos...”, y cita 25 incisos.
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El segundo indica que el Estado garantizará a los pueblos montubios “los derechos que les sean aplicables”.
Algunos de los asambleístas de la mesa 1 y de otras que asistieron al debate, tanto de los grupos de minoría como del propio movimiento PAIS, insisten en que los pueblos montubios no tienen que ser un “apéndice” de los indígenas y los afroecuatorianos.
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Sofía Espín y Aminta Buenaño (PAIS) sostienen que tales comunidades tienen su propia identidad, por lo que deben ser reconocidas expresamente en la nueva Constitución.
María Cristina Kronfle (PSC) explica que los cholos son pueblos originarios: se trata de los indígenas costeños. Los montubios son producto del mestizaje, pero con una etnia, con su cultura. “Si visibilizamos a unos, ¿por qué no a otros?”, cuestiona la asambleísta.
Actualmente hay 40 mil familias reconocidas jurídicamente como pertenecientes a ese pueblo; esto es, 1.200 comunidades. Pero el movimiento montubio calcula que hay más de 1,6 millones de ecuatorianos con esos rasgos distribuidos en las provincias de la Costa.
La propuesta de las asambleístas es incluir en el primer artículo la referencia directa a los cholos y montubios.
Chuji dijo temer que, al hacer esa modificación, se menoscaben los derechos de los indígenas porque no todos los derechos citados en el artículo pueden aplicarse a otros grupos.