Después de un accidente, Heriberto Navarrete decidió retomar sus estudios y, una vez que fue profesional, capacitar a personas con discapacidad igual que él, para que tengan una oportunidad de trabajo.

Ese último sábado de mayo, todos estaban ahí, rodeados por monitores de computadoras prendidas y conectadas al internet. El líder es Heriberto Navarrete, director de la fundación Margarita Enderton.

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Leonor León y Juan Francisco Carchi, los instructores; y un puñado de inscritos a los cursos gratuitos de informática  tienen cosas en común, son personas con discapacidad. Algunos van por la vida en silla de ruedas.
Otros tienen problemas de audición o lenguaje, entre otros. Todos están ahí para salir adelante. Su objetivo es no ser considerados inferiores, sino iguales. Sus historias de vida son parecidas.

Heriberto Navarrete Espín, en 1966 nació en Bucay. Vino a estudiar al colegio Vicente Rocafuerte e integró la selección de baloncesto.

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En vacaciones regresaba a su pueblo natal. Su vida cambió el 8 de abril de 1982. La diversión era lanzarse al río desde lo alto. A la tercera clavada se golpeó con una piedra. Se desvaneció. Cuando se ahogaba vio su futuro.
“Me vi en silla de ruedas, supe que iba a vivir así”.

El golpe le produjo una lesión medular. Es parapléjico. Desde los 16 años anda en silla de ruedas. Se reconoce como una persona dependiente. Aprendió que es inútil renegar, mejor es buscar soluciones. Cuando todos pensaban que permanecería aislado en su casa, decidió volver al colegio.

En 1984, ingresó a la Politécnica a estudiar computación. “Como tenía dificultades para escribir, mantenía imágenes en secuencia en mi cabeza y desarrollaba mentalmente los ejercicios –recuerda-, así aprobé”.

Otra de las dificultades era que las aulas estaban en alto. Su hermano lo subía y bajaba cargado. Viajó por tres meses a un centro de rehabilitación en Florida, Estados Unidos. Al año siguiente fue a La Habana, Cuba, al centro Hermano Amejeiras, donde la gente del pueblo era atendida de primera.

Regresó fortalecido para llevar una vida  independiente. Cuando se graduó no le fue fácil conseguir trabajo. Pero ha laborado de asesor de cómputo, en ventas de computadoras y ha creado programas contables para empresas. Pero también una empresa lo canceló cuando se mudaron a pisos altos. “En el Ecuador –reflexiona-, un discapacitado tiene que echar para adelante y no dejarse vencer por nada, ni dejarse marginar por su propia familia”.

En el 2000 creó la fundación Margarita Enderton, ubicada en la ciudadela Ferroviaria (av. Principal 101 y Calle Primera). Los sábados ofrece cursos gratuitos de informática a personas con discapacidad.

Una de las encargadas de los cursos es Leonor León, guayaquileña de 40 años. Ella, hace 13 años, por un accidente de tránsito quedó tetrapléjica. Luego de dos años empezó a estudiar.

En la Universidad Agraria se graduó como ingeniera en Computación. La informática le abrió un mundo de posibilidades. Ahora ayuda a integrar a las personas con discapacidad a las tecnologías de la información.

Hasta ese sábado, 12 personas estaban inscritas en sus cursos. Comenta que el gran problema de las personas en silla de ruedas es el transporte. “El curso no cuesta nada pero necesitamos voluntarios que trasladen en sus vehículos a las personas desde sus hogares al curso y viceversa –reflexiona–. A veces, no se puede cambiar la realidad, pero sí se la puede mejorar”.

Juan Francisco Carchi, guayaquileño de 34 años, se encargará de los cursos de autogestión para personas sin discapacidad, que dictará de lunes a viernes. Estos serán de informática básica, edición de video digital, fotografía digital, entre otros.

Cursos
Para inscribirse debe llevar la copia de la cédula y el carné de discapacidad, si el interesado no lo tiene, ellos lo asesoran para conseguirlo. De lunes a viernes los cursos serán para personas sin discapacidad, y pagados para financiar los gratuitos.

Informes
Al 220-5317, 601-2466 - (09) 127-9001; o a fenderton@gmail.com.