En esta parte del mundo el INPI ha concentrado en los últimos tres años sus trabajos de investigación  a los cultivos de maíz y arroz, y en el país se extiende a otros como el de la palma aceitera.

Espinoza expuso que el Instituto sirve de agente científico independiente a sus patrocinadores, “no vende marcas, productos, nada” y estimó el alza reciente de los fertilizantes químicos  entre el 250% y 300%.

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Según él, no pueden seguir subiendo indefinidamente, y su precio no está bajo el control de las fábricas, sino del “cruel mercado. Hay la tendencia de elaborar orgánicos pero desafortunadamente  no existe suficiente material para producir acorde a las necesidades. Si las 300 mil hectáreas de arroz que tenemos se hicieran orgánicas, estaríamos dispuestos a pagar 150 dólares por cada saco de arroz?”, interrogó el experto.

El plan del INPI es dictar a través de publicaciones, recomendaciones al agricultor y los agentes técnicos, entrenar al personal de las fábricas sobre la calidad del fertilizante. A su vez, con la Sociedad Ecuatoriana de  la Ciencia del Suelo mantiene una red de laboratorios y promueven juntos cada dos años congresos internacionales sobre el suelo, previsto el próximo para el 27 al 29 de octubre en el teatro Universitario en la capital de la República.