El centro de la tormenta tropical Alma tocó tierra al norte de la costa de Nicaragua en el Pacífico, donde al menos una persona murió y más de 25.000 deberán ser evacuadas debido a las lluvias torrenciales y la densa neblina.
El Centro Nacional de Huracanes en Miami detalló que el fenómeno se ubica a unos 85 kilómetros de Managua, a unos 280 kilómeros de San Salvador y se desplaza a 15 kilómetros por hora, por lo que alcanzará el interior de Nicaragua durante la noche con vientos que se mantienen a 100 kilómetros por hora pero podrían aumentar a 165 kph.
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En Nicaragua, David Sandoval Gutiérrez, de 30 años, murió electrocutado cuando un cable de alta tensión fue derribado por el fuerte viento en la comunidad nicaragense de Trasbayo, a unos 60 kilómetros al suroeste de la capital, informó Radio Ya.
El alcalde de la ciudad nicaragense de León, Tránsito Téllez, dijo al Canal 63 de la televisión local que una de las torres de alumbrado del estadio de béisbol se derrumbó por el viento y la ciudad quedó sin energía eléctrica. Agregó que hay casas derrumbadas y caminos destruidos.
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Maty Chávez, de información de vuelos del Aeropuerto Internacional Sandino, dijo telefónicamente que los vuelos internacionales no han sido interrumpidos pero sí los del interior del país.
La Defensa Civil informó que la tormenta entró por el balneario de Poneloya, 89 kilómetros al occidente de esta capital, a las 17:00 horas. Advirtió a los habitantes de la cordillera volcánica de occidente alejarse de esos sitios ante el peligro de deslaves.
Erasmo López, un pescador de ese lugar, quien puso a salvo su bote a la orilla de su casa, dijo que el fuerte viento que arrastraba arena del mar pegaba contra las casas y raspaba el rostro como si fuera lija.
Los árboles se movían como locos, los carros se tambaleaban y no se podía ver de frente, agregó.
La gente se refugió en sus casas mientras parecía que la noche llegaba antes de tiempo.
El corte de la energía eléctrica dejó sin servicio de agua potable las provincias de León y Chinandega, esta última vecina a Honduras.
Las dos provincias y una gran cantidad de poblaciones quedaron sin servicios de energía, agua potable, teléfonos convencionales e internet.
Lo que empezó como una depresión tropical frente al Pacífico costarricense se convirtió en la primera tormenta de la temporada del 2008 y sus efectos se sentirán desde Costa Rica hasta Guatemala, provocando inundaciones y deslizamientos.
La Defensa Civil nicaragense decretó alerta máxima para municipios costeros de los departamentos de León y Chinandega, mientras en Managua pobladores temerosos empezaron a llenar supermercados y tiendas para abastecerse de víveres y otros productos.
Está lloviendo como nunca hemos visto, esperamos que Dios no nos castigue, comentó desde León la maestra Socorro Alvarez. Poco antes el ministro de Educación, Miguel de Castilla, ordenó suspender las clases en la región en riesgo para utilizar los edificios como posibles refugios.
El jefe de la Defensa Civil, Mario Pérez Cassar confirmó que 750 personas han sido evacuadas y sus estimaciones apuntan a que unas 25.000 personas más lo serán durante la emergencia, para la cual las autoridades movilizaron 1.200 efectivos de los cuerpos de socorro.
Managua permanece cubierta por un nublado total y lluvias constantes. El tránsito está casi paralizado por la lluvia, la falta de visibilidad y derrumbes.
La situación se repite en San José, donde la densa bruma y las intensas lluvias obligan a los conductores a transitar con las luces encendidas y a baja velocidad. Las autoridades reportaron unos 60 choques en un lapso de tres horas, en tanto la dirigencia del futbol decidió suspender el partido de la final entre Alajuelense y Saprissa.
La Comisión de Emergencias (CNE) costarricense reporta al menos 25 comunidades afectadas y cerca de 200 familias evacuadas. La entidad habilitó 162 albergues en todo el país.
En playa Garza de Guanacaste, a unos 250 kilómetros al noroeste de San José, sus pobladores apenas se recuperaban del susto por las altas mareas y el fuerte viento.
El Servicio Meteorológico de Honduras pronosticó que la tormenta podría ingresar por el Golfo de Fonseca, que este país comparte con Nicaragua y El Salvador.
En El Salvador, las autoridades elevaron los niveles de emergencia, ya que para las próximas horas esperan ráfagas de viento de hasta 80 kilómetros por hora y lluvias que puedan manifestarse en forma de tormenta con descargas de hasta 80 milímetros, con mayor fuerza en la zona del Golfo de Fonseca.
Se eleva la alerta de verde a amarilla en los cuatro departamentos de la zona oriental del país, y se limita la faena de pesca artesanal en toda la costa salvadoreña, dijo el conferencia de prensa el ministro de Gobernación y presidente del Sistema Nacional de Protección Civil, Miguel Bolaños.
También se recomendó a los padres de familia que valoren el riesgo que pueden correr sus hijos para asistir a las escuelas, pero aclaró que no se están suspendiendo las clases.
La humedad de la costa llevó la neblina hasta la ciudad capital donde se han registrado lluvias esporádicas, pero las autoridades no reportan daños.