Mike Tyson, uno de los boxeadores de peso pesado más temibles y famosos de la historia, dijo el sábado que era un milagro que aún estuviera vivo después de su pasado de violencia y drogas.
"Viví una vida salvaje y extraña", dijo Tyson en una conferencia de prensa en el festival de cine de Cannes para presentar un documental sobre su vida del director estadounidense James Toback.
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"He tomado drogas, tuve altercados físicos con personas peligrosas, personas que estaban muy enojadas. Me acosté con las esposas de algunos tipos que quisieron matarme. Estoy feliz de estar acá. Es un milagro. Me siento bien de estar aquí con ustedes," dijo.
En una selección de horas de grabación y secuencias de peleas con entrevistas y fotografías, Toback cuenta la historia del boxeador, desde su pobre infancia en Nueva York hasta el apogeo de su carrera y su terrible caída.
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Como el documental del director Emir Kusturica sobre la estrella argentina del fútbol Diego Maradona, que se presenta en la competencia esta semana, "Tyson" muestra la imagen de un campeón carismático pero problemático, cuya figura trascendió el deporte.
"En el transcurso de la película, Tyson pasa de ser una persona de la que te alejarías a una persona a la que realmente querrías conocer para conversar, algo que es un logro significativo", dijo el periódico comercial Variety en su reseña.
Devastador
La película trata a Tyson como una figura trágica pero también noble. A los 20 años, se convirtió en el campeón mundial más joven de los pesos pesados, pero su vida se salió de control y pasó tres años en la cárcel por violación en 1992.
En 1997, le mordió a su rival Evander Holyfield un pedazo de oreja durante una pelea y fue obligado a mantenerse fuera del ring durante un año.
Toback, quien conoce a Tyson desde hace años, recibió alabanzas por las confesiones que logró del boxeador.
"Siempre analicé mi vida", dijo Tyson. "Siempre fui bastante objetivo acerca de mi mismo y siempre fui un crítico duro de mi mismo".
Humillado durante su infancia por su ceceo cuando habla, sufrió abusos de fuerza hasta que se animó a defenderse.
Fue rescatado de las calles de Brooklyn por el veterano entrenador Cus DAmato, quien lo ayudó a canalizar su fuerza bruta y lo convirtió en uno de los boxeadores más devastadores que se han visto en la historia.