Un equipo de arqueólogos alemanes de la Universidad de Hamburgo consiguió acabar con uno de los mayores misterios de la antigüedad al encontrar los restos del palacio de la legendaria reina de Saba en la ciudad santa de Axum, en el estado federado etíope de Tigray (norte).

El profesor Helmut Ziegert, del Instituto de Arqueología de la Universidad de Hamburgo, que dirige el equipo, está además convencido de que en un altar levantado en el palacio y orientado hacia la constelación de Sirius reposó durante largo tiempo el Arca de la Alianza que contenía las Tablas de la Ley de Moisés.

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“Todo cuadra. Los detalles, la datación y la orientación del edificio”, dijo Ziegert, cuyo equipo realizó el descubrimiento durante las excavaciones en la antigua capital de un imperio que abarcó desde Yemen hasta el este de Sudán, controlando el comercio entre África y Asia.

De hace unos 3.000 años, la residencia de la reina Makeda, como se llama a la reina de Saba en Etiopía, ha sido hallada bajo los muros del palacio de un antiguo rey cristiano en la capital de la iglesia ortodoxa etíope y la ciudad más sagrada del país.

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Ziegert subrayó que su equipo ha dedicado los últimos nueve años a investigar cómo llegó el judaísmo a Etiopía en el siglo X antes de nuestra era, a la vez que trata de localizar el emplazamiento actual del Arca de la Alianza.

Añadió que las investigaciones han revelado que el palacio original de la reina de Saba fue trasladado poco después de su construcción y levantado de nuevo orientado esta vez hacia la estrella de Sirius.

El equipo de científicos presume que Menelik I, rey de Etiopía e hijo de la reina de Saba y del rey Salomón de Jerusalén, según la tradición de la iglesia ortodoxa etíope, fue quien ordenó levantar el palacio en su lugar final.

Los últimos resultados de las investigaciones realizadas en Axum indican que, con el arca de la Alianza y el judaísmo, llegó a Etiopía el culto a Sothis, que se mantuvo hasta el siglo VI de nuestra era, explicó el científico Ziegert.

Dicho culto, relacionado con la diosa egipcia Sopdet y la estrella Sirius, traía consigo que todos los edificios de culto se orientasen hacia el nacimiento de esa constelación.

El Antiguo Testamento habla de una reina de Saba, cuyo nombre propio omite, que visitó Israel y regaló grandes tesoros al rey Salomón, del que le impresionó su sabiduría y que le hizo convertirse al monoteísmo y ensalzar a Yahvé.

La tradición religiosa etíope asegura que de la breve relación entre la reina de Saba y el rey Salomón nació un hijo, que posteriormente sería conocido como Menelik I, rey de Etiopía, quien presuntamente se llevó el Arca de la Alianza desde Israel a su país.

MÁS DATOS: El tesoro

El Arca de la Alianza
El mayor tesoro que albergaba el palacio de la reina de Saba era el Arca de la Alianza, un cofre elaborado de madera de acacia negra recubierto de oro.

Las tablas
En ese cofre, según fuentes históricas y religiosas, se guardaban las tablas con los Diez Mandamientos que, según el Antiguo Testamento, Moisés recibió de Dios en el monte Sinaí.