Análisis científicos han confirmado que los restos humanos encontrados en Rusia el año pasado pertenecen a dos de los hijos del último zar, ejecutado por un pelotón bolchevique en 1918, dijeron el miércoles autoridades rusas.
“Hemos recibido la confirmación de que (los restos) pertenecen a los hijos del zar, así que ya hemos encontrado a toda la familia”, declaró en la cadena de televisión NTV Eduard Rossel, gobernador de la región de Sverdlovsk, en la que fue asesinada la familia real.
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Los análisis fueron llevados a cabo en un laboratorio científico de genética en EE.UU.
Revolucionarios bolcheviques fusilaron a la familia en el sótano de la casa de un comerciante en la ciudad de Ekaterimburgo, a 1.450 km de Moscú. Se intentó destruir los cadáveres, que finalmente fueron enterrados en una fosa.
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Tras la desaparición de la Unión Soviética se exhumaron unos restos que se creía pertenecían al zar, la zarina y tres de sus hijas. En 1998 fueron enterrados en la cripta imperial de la Catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo.
Pero el príncipe Alexei Nikolayevich y la gran duquesa María Nikolayevna no estaban entre los restos encontrados.
Científicos, fiscales e historiadores aficionados montaron una gran operación para encontrarlos, mientras algunos especulaban con que podrían haber sobrevivido.
Desde que la familia imperial rusa fue ejecutada abundaron las teorías acerca de la posible supervivencia de algunos de sus integrantes, y durante el siglo pasado surgieron varias mujeres que aseguraron ser la gran duquesa Anastasia, una de las hijas de Nicolás II.