Me parece que si los casinos están dentro de los hoteles está bien.
No me parece que estén en un muelle porque ese sitio no puede ser propiedad exclusiva de una empresa, sino es un bien público.
Juan Martínez,
Nueva York, EE.UU.
El Ecuador entero se alimenta de sueños y aspiraciones que hacen crecer la autoestima y las esperanzas. Estos sueños alimentan y enaltecen las aptitudes de un pueblo.
Publicidad
Sin embargo, los sueños de ganar 1.000 dólares en una noche y perder 100, 200, 500 y hasta el sueldo completo en un día, hace a la gente degenerar sus aspiraciones a través de máquinas arregladas solo para ganar a los ricos y aniquilar la vida a los pobres.
Pisar un casino es peor que la droga y el mismo alcohol. Vicios baratos en comparación a los juegos de azar. Otro casino más, y otro, después... Ya son cientos de locales de juegos en toda la ciudad, y cada local u hotel es una máquina de hacer dinero fácilmente. Es que se pierde empresa, casa, carro, esposa, dignidad, orgullo, y lo más importante pierde a Dios poderoso, al que se jura por Él a cada instante que se realiza una jugada.
El casino hace perder todo. La experiencia me enseñó que la mente se pierde y el bolsillo se vacía completamente. Detengamos la degeneración ciudadana. Vamos a crear trabajo y empresas de beneficio para la sociedad, y no perjudiquemos con empresa de engaño y juegos dudosos. Los casinos del país deben de ser utilizados por extranjeros y ricos, no dejar sin alimento a un pobre desesperado por trabajo, que su poco dinero lo entrega a cambio de nada. Hagamos conciencia y sigamos en busca del éxito soñando con pasiones reales.
Publicidad
José Inca Véliz,
ingeniero, Guayaquil