Mientras en París los estudiantes se rebelaban en mayo del 68, España, una dictadura franquista aún fuerte aunque a punto de entrar en su época de declive, hacía frente a los primeros asesinatos de ETA y a la pérdida de Guinea Ecuatorial en Africa.
Francia apenas se estaba reponiendo del tumultuoso mes de mayo cuando el 7 de junio, la organización separatista armada vasca, nacida en 1959, asesinaba a tiros al guardia civil José Pardines.
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La víctima regulaba el tráfico cerca de Villabona (País Vasco, norte) y al identificar a dos jóvenes que iban en un coche, Francisco Javier Etxebarrieta Ortiz y Iñaki Sarasketa, el primero le disparó cinco tiros.
El asesino moriría horas después en un enfrentamiento con guardias civiles, pero ETA, nacida de la mano de un grupo de estudiantes vascos que consideraban demasiado pasivo al Partido Nacionalista Vasco (PNV, en el poder regional desde 1980), entraba así en un camino sin retorno que hasta hoy ha causado 822 muertos.
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La dictadura de Francisco Franco (1939-1975) se encontró enfrentada así a un grupo armado, que apenas dos meses después de su primer asesinato mataría al policía Melitón Manzanas, considerado un símbolo de la represión franquista.
"Recuerdo con horror aquellos interrogatorios de Manzanas por las tardes, cuando empezaban los golpes, las patadas salvajes, los insultos soeces...", recordaba al diario El País Ildefonso "Poncho" Aguirre, que formó parte del pequeño grupo del que acabaría naciendo ETA.
Muchos de los que formaron ese grupo abandonaron después las armas al llegar la democracia.
Este asesinato y su nacimiento en medio de una dictadura dio a ETA una imagen romántica de movimiento de liberación perdido con los años, sobre todo tras el fin del franquismo. En 1968, año también del nacimiento del heredero del trono español, el príncipe Felipe, España hacía frente a la independencia de Guinea Ecuatorial, una de sus últimas colonias en Africa.
El 12 de octubre de 1968, el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, que actualmente es senador a los 86 años, firmaba el acta de independencia con el que sería el primer presidente guineano, Francisco Macías.
Guinea Ecuatorial nació a partir de las colonias de Río Muni, además de las islas de Bioko (antigua Fernado Poo), Annobón y otras pequeñas islas, en la costa occidental de Africa.
España empezó a tener presencia allí a partir del siglo XVIII, aunque las fronteras de la Guinea Española fueron definidas y reconocidas internacionalmente en 1900.
El régimen franquista dotó de autonomía al territorio dividiéndolo en las provincias de Fernando Poo y Río Muni, bajo el actual nombre de Guinea Ecuatorial en 1963, y cinco años después, a instancias de la ONU, España preparaba y daba la indepedencia a su colonia.
El amistoso abrazo con que se selló la independencia entre Macías y Fraga dio paso a un rápido deterioro de las relaciones, con expropiaciones masivas de bienes españoles.
"Registraron nuestras casas, nos retenía la policía y algunos hasta fueron a la cárcel", explicaba el pasado año a El País Marcos Rodríguez, presidente de la Asociación de Antiguos Residentes en Guinea Ecuatorial.
Madrid llegó a organizar una masiva operación de evacuación con un barco de la Armada. "Fue una odisea dramática. Se establecieron unos vuelos especiales entre Santa Isabel (la actual Malabo) y Madrid y se retiró el embajador", añadía Rodríguez.
Tras la salida de España, Macías inició un régimen dictatorial hasta su derrocamiento por parte de su sobrino y actual presidente, Teodoro Obiang, quien sigue gobernando con mano de hierro el país.