En medio del sonido de tambores y de caciques de tribus indias estadounidenses enfundados con trajes de piel, unas 51.000 personas -muchas de ellas en familia- escucharon al Dalai Lama hablar de compasión.
Sentado en una silla roja en un escenario montado sobre el campo del estadio, el líder tibetano no se refirió a las recientes protestas en su tierra, ni a las sugerencias de algunos líderes mundiales a favor de boicotear los Juegos Olímpicos de Beijing.
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El Dalai Lama dijo ayer que no apoyaba un boicot contra los Juegos, aunque rechazó las acusaciones chinas de que está detrás de los disturbios producidos el mes pasado en el Tíbet.
El masivo evento del sábado fue el más grande de una serie de actos para promover la compasión en la vida cotidiana organizada por una entidad privada.
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"No espero escuchar ningún mensaje político. No veo esto como un evento religioso, pero parece una oportunidad única", dijo Patrick Burningham, un comerciante de 42 años que participó del evento.
En su discurso de 45 minutos, en el que se refirió a una variedad de temas, el Dalai Lama pidió la eliminación de las armas nucleares y hablo del rol de las mujeres en alimentar la compasión.
También se refirió a la necesidad de que no haya violencia y dijo que este siglo debería ser el siglo del diálogo.