Por ejemplo, en el sector de la avenida Quito y Padre Solano, hasta la avenida Machala y la calle Alejo Lascano, es insoportable el ruido de los pitos de los buses. Resulta imposible abrir las ventanas de nuestras casas para por lo menos recibir aire, puesto que con tantos vehículos se produce una contaminación grande que ensordece.
Es hora, pues, de que la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG) haga cumplir la ley de no utilizar las bocinas, o mejor dicho las “trompetas” que poseen estas unidades de transportes.
Hay adultos mayores, niños y mujeres que vivimos en este sector que sufrimos las consecuencias del ruido.
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Cuando pasa una ambulancia por este sitio desde las calles Alejo Lascano pasando por Pedro Moncayo y la avenida Quito, los conductores no ceden el paso ante la emergencia, y el ruido que se produce es terrible.
También hay quienes encienden alarmas, sirenas, sin tener a nadie en camilla dentro de sus vehículo. Es momento de hacer correcciones urgentes en caunto a la salud audititva.
Kléber Wilfrido Barragán Hernández,
licenciado en periodismo, Guayaquil