En mi caso creo que es paja, una simple licencia que tenemos para descargar toda la furia acumulada y estar amparadas bajo el paraguas o disculpa del hecho biológico.Nunca falta un machista empedernido o una compañera de trabajo impertinente que dice que lo que a tal fulana le hace falta, porque anda con un genio terrible, es conseguirse un voluntario que le haga ‘el favorcito’... eso sí es denigrante, cuando limitan el estado de ánimo de alguien o su actitud a la falta de sexo... como si ellos fueran el vivo ejemplo del kamasutra o como si eso solucionara algo...Entonces llegamos a lo que se lee en las revistas o dichos comunes... que hay una poción mágica, más efectiva que la zanahoria para la visión o la toronja para el colesterol... es el siempre bien conocido y nunca mal recibido chocolate.Harto se ha dicho sobre las bonanzas de este producto, que en teoría ayuda a liberar ciertas hormonas, lo que además de hacernos feliz reemplaza la satisfacción del sexo… eso me lleva a pensar que me encantaría saber que no tengo que afeitarme las piernas para vivir ese orgasmo, ni que debo lidiar con los ronquidos del fulano después y tampoco ponerme el supertraje para el ‘date’ antes del gran momento… abres la billetera, pagas 4 dólares por una buena barra de chocolate extranjero (como para darle caché al asunto) y listo… resuelto el estrés.Entonces, si uno piensa en sexo algunas veces a la semana, eso significaría ¿cuántas barras de chocolate? Vendría luego la sacadera de aire en el gym para poder quemar esas calorías, lo que es bueno porque el ejercicio se vuelve un hábito y uno termina regia, con lo cual es más optativo conseguir un novio bien dispuesto y así... ¡adiós al chocolate!... pero no es tan fácil el tema, si toca sexo ya sabemos que debemos afeitarnos y todo el ritual propio y habíamos dicho anteriormente que no es lo que queremos...Lo otro sería simplemente permitirse tener momentos explosivos... ¿A cuenta de qué, si un tipo grita en la ofi o anda mal genio por la vida es macho o por la presión del día a día y si una mujer lo hace es porque está ‘mal atendida’? ¿Quién permite que nos cuestionen de esa manera? ¿Somos nuestras propias detractoras?Lo que propongo entonces es que cada quien viva su vida, que no le atribuyan el mal genio a la gente por falta de sexo o problemas de dieta, que la que quiere se atoche de azúcar y grasa que dan alegría, que la que se sienta culpable vaya el gimnasio y quede regia, que estemos del genio que nos venga en gana, que las mujeres dejemos de canibalizarnos entre nosotras y si a algún fulano no le gusta nuestro genio... ¿no será que sus frustraciones son las que lo hacen echarles la culpa de todo a las damas?