La lengua que hablaba Jesucristo está al borde de la extinción. En el norte de Siria, los últimos pueblos del mundo que todavía hablan arameo, y que suman unas 18.000 personas, luchan por preservar su lengua milenaria del olvido.
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La lengua que hablaba Jesucristo está al borde de la extinción. En el norte de Siria, los últimos pueblos del mundo que todavía hablan arameo, y que suman unas 18.000 personas, luchan por preservar su lengua milenaria del olvido.
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Si no está tratada, recomiendan no consumirla. No comprometas tu salud al consumir agua de glaciar.
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