Últimamente se ha leído en muchos medios de comunicación que la Iglesia Católica ha “inventado nuevos pecados”, y ha “actualizado” los siete pecados capitales.

Conviene informarse mejor: las declaraciones del obispo regente de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, monseñor Gianfranco Girotti, la semana pasada, son comentarios personales dentro de una entrevista; no una declaración oficial del Vaticano.

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Los católicos practicantes y convencidos sabemos que la doctrina sobre el pecado es la misma desde que Dios nos la dio, y que se resume en amarlo sobre todas las cosas y en amar también al prójimo como a nosotros mismos (Mt.22:37-40).

No es necesario, entonces, explicitar cada pecado como lo hizo el prelado: los ecológicos, los sociales, los biotecnológicos, los informáticos.

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Sabemos que todo aquello que falte al amor a nuestro Padre, a los demás, o a nuestro propio ser, es pecado.

Los pecados capitales, por su parte, son un instrumento didáctico, que desde tiempos de san Gregorio Magno nos ayudan a ver lo peor del ser humano y tratar de evitar estas tendencias al pecado.

“Capital” quiere decir que de estos pecados “cabeza” surgen muchos otros. De la avaricia surgen los pecados sociales, por ejemplo.  Y es una excelente manera de entender fácilmente qué debemos hacer para ser mejores personas e hijos de Dios.

Pedro E. Freile,
músico, Quito

Así como para los temas de deportes, política, economía..., existe personal versado que analiza e informa; en cuestión de religión, los medios de comunicación colectiva deben contar con gente especializada o muy conocedora para que no se malinterpreten hechos que causen dudas, polémicas y desinformación.

Ya se ha informado erradamente sobre temas delicados como que la madre Teresa de Calcuta dudaba de Dios, cuando lo que se quiso interpretar era que su alma buscaba profundamente a Dios; o se dice que los fieles “adoran” a tal santa y que ella hace milagros, cuando lo que se quiso decir era que la veneran y que por su intercesión Dios concede milagros. Ahora último, ciertos medios de televisión y prensa dicen que el Vaticano decretó dos nuevos pecados, en vez de precisar que fue un prelado de la Iglesia quien al ser entrevistado, habló de ciertos males modernos, pero en ningún momento significa que oficialmente la Santa Sede ha decretado dos flamantes pecados. Por ello, es menester que los medios deban poner gran cuidado al momento de interpretar un hecho o nota religiosa con conocimiento de causa.

Angélica María Marcillo,
Quito