Aquella escena trágica en la que el 20 de abril de 1989 dos individuos vestidos con uniformes militares irrumpieron en el departamento 211, del bloque 3 de la ciudadela La Atarazana, y asesinaron a su madre, su tía y un amigo de ambas, había marcado la vida de Carlos Eduardo Alcívar Moreno, tanto, que la madrugada de ayer, casi 19 años después del triple crimen, una sobredosis de heroína lo mató.