Su nombre se deriva del género musical brasileño bossa nova, que se traduce como “ritmo nuevo” o “voz nueva”. A esto se le ha añadido la palabra balón, dando origen al bossaball, un nuevo deporte que busca consolidarse en el país.
Los orígenes se remontan cuatro años atrás, en España, y su difusión se dio un año después en Europa. Sus mentalizadores arribaron al Ecuador esta semana, con el objetivo de captar deportistas tricolores. Por ello, establecieron una gira de exhibición esta semana en el colegio San José La Salle, desde las 11:00 a 17:00. Las pruebas culminan hoy.
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En estos partidos los asistentes tendrán la oportunidad de compartir con maestros y jugadores internacionales, como Carlos Eduardo Bisbo, Milton Franca y Gustavo Soares (brasileños) y los belgas Svern y Filip Eyckmans, integrantes del equipo que se coronó campeón mundial de esta disciplina en Bélgica el año pasado.
La iniciativa de fomentar el bossaball nació de Eyckmans, quien lo inventó hace más de trece años durante un viaje que tuvo a Brasil, donde observó la práctica del voleibol de playa, fútbol, gimnasia y el capoeira.
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Luego decidió fusionar estas disciplinas, con la novedad de desarrollarlas en una cama elástica, que luego establecería como la cancha de juego.
La música es un factor imprescindible en la práctica, pues con ella los jugadores deben realizar sus movimientos.
Para su ejecución se necesitan dos, tres o cuatro jugadores, distribuidos en dos equipos. El objetivo es pasar la pelota por encima de la red y conseguir que toque el campo contrario.
Cada equipo tiene la posibilidad de hacer ocho toques dentro de su propio campo, preparando su ataque antes de devolverlo. El balón puede golpear cualquier parte del cuerpo, pero solo una vez con la mano.
La gira seguirá este sábado y recorrerá los balnearios de Playas, Manta y Montañita.