Tres meses y medio después de su segundo divorcio y cuando su popularidad cae en picada en los sondeos, el presidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy, se casó ayer en el Elíseo con la cantante y ex modelo italiana Carla Bruni.

La ceremonia, que duró unos 20 minutos, la ofició el alcalde del distrito VIII de París, Francois Lebel, quien dio la noticia poniendo fin a semanas de rumores de boda.

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“He casado a dos personas” que “viven en el 55 de la calle Faubourg Saint-Honoré (dirección del Elíseo)”, dijo Lebel.

Junto a una veintena de familiares y amigos en esa ceremonia “íntima”, en la primera planta del Palacio presidencial, los dos estaban “emocionados y felices”, y, según la tradición, intercambiaron anillos y un beso, precisó Lebel.

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En 1931, el presidente protestante Gaston Doumergue también se casó mientras ejercía el cargo, pero Sarkozy, de 53 años, es el primer presidente de la República que se ha divorciado en los primeros meses de su mandato y también el primero que se casa tres veces.

Nacida en Italia en el seno de una familia muy rica y musical, Bruni, de 40 años, se radicó en Francia con sus familiares a comienzos de los años setenta, huyendo de la amenaza de las Brigadas Rojas.

No adoptó la nacionalidad gala, por lo que no votó en las elecciones de abril-mayo pasado, que llevaron a Sarkozy al Elíseo, y en las que ella, ícono “glamour de la izquierda burguesa”, prefería a la derrotada candidata socialista, Segolene Royal.

Un sondeo publicado ayer indicó que el mandatario solo  tiene la confianza del 41% de los franceses, una caída de ocho puntos, su  nivel más bajo desde su elección en mayo del 2007.

Después del divorcio
Sarkozy y Bruni se conocieron en noviembre pasado, un mes después del divorcio del presidente francés y su segunda esposa, Cécilia Ciganer-Albéniz, quien en el 2005 se fugó con un amante.