El serbio Novak Djokovic puso fin a la marcha asombrosa del francés Jo-Wilfried Tsonga, y lo derrotó por 4-6, 6-4, 6-3, 7-6 (2), para ceñirse el domingo la corona del Abierto de Australia, su primer título en un torneo del Grand Slam.
  
Djokovic (tercer preclasificado del certamen) rompió una racha de 11 torneos del Grand Slam conseguidos por el suizo Roger Federer o por el español Rafael Nadal, desde el 2005, cuando el ruso Marat Safin se coronó en Australia.
  
El serbio no había perdido un set en seis duelos, antes de la final, incluido su triunfo sorpresivo en semifinales sobre Federer, el bicampeón defensor.
  
Pero también él se vio sorprendido por Tsonga, un tenista que no figuró entre los preclasificados y sin embargo fue dando una campanada tras otra en el Melbourne Park.
  
Tsonga, cuya fisonomía ha sido comparada por muchos a la de Mohammed Ali, noqueó en sets seguidos a Nadal (2) en las semifinales, y por primera vez le ganó un set a Djokovic
  
El serbio, de 20 años, reaccionó en el segundo y el tercer set. Después de salvarse de un punto para quiebre crucial en el cuarto, amarró su primer título grande, en su 13er intento.
    
Primero, antes de agradecer a todo el mundo, quiero dar las gracias a todos los que estaban en mi palco, quienes me han apoyado todo el tiempo; no sólo en estas dos semanas, sino toda mi vida, dijo Djokovic. Muchas gracias, los amo.
    
En segundo lugar, quiero felicitar desde luego a Jo. Fue un torneo increíble y debes estar orgulloso -si él hubiera ganado esta noche, se lo habría merecido- así que bien por su éxito.
  
Djokovic se convirtió en el jugador más joven en ganar el título en Australia desde 1985, cuando Stefan Edberg se impuso a Mats Wilander. Es además el primer serbio que gana un campeonato del Grand Slam.
  
Tsonga, quien figuraba en el 38vo lugar del escalafón mundial antes de este certamen, jugó apenas su quinto torneo del Grand Slam, y nunca antes había llegado más allá de la cuarta ronda.
  
Sin embargo, fracasó en su intento de ser el primer francés en 80 años que gana el Abierto de Australia, y el primero que conquista un cetro del Grand Slam desde 1983, cuando Yannick Noah ganó en Roland Garros.
  
Al igual que Tsonga, Djokovic tuvo que sobreponerse a los calambres.
  
Recibió tratamiento en la parte posterior del muslo izquierdo en el cuarto set, cuando tenía una ventaja de 3-2. Luego, se salvó del rompimiento, al servir en 5-5.
  
El serbio, quien quería resolver rápido la partida y evitar el quinto set, se apuntó con celeridad el desempate -con cierta ayuda de Tsonga, quien cometió una doble falta para poner los cartones en 5-1, y luego sacó de la cancha un tiro de derecha, que dejó a Djokovic en cuádruple punto para campeonato.
  
Sólo necesitó de uno, pues otra derecha de Tsonga se fue muy abierta.
  
El serbio se dejó caer de espaldas. Luego se levantó para estrechar la mano de Tsonga y rodear su cuello con un brazo.
  
El serbio se arrodilló y besó la cancha, saludó a su familia, lanzó dos raquetas como obsequio para la multitud y se cubrió el rostro con una toalla.
  
La Rod Laver Arena lució repleta, con el graderío cubierto de rojo, blanco y azul, los colores nacionales de Francia y Serbia. Sin embargo, hubo pocas dudas sobre quién tenía un apoyo mayoritario. Fue Tsonga, la Cenicienta del torneo, quien fascinó a los espectadores con su juego potente y decidido, y desde luego, con su parecido impresionante al legendario boxeador.
  
Un retrato de Ali, con una raqueta en una mano, fue pegado a un muro.
  
Djokovic recuperó el aprecio del público, con su discurso posterior al encuentro.
    
Sé que la gente quería que él ganara, dijo, respecto de Tsonga. Está bien, aún así los amo, no se preocupen
  
Aunque el francés perdió la pelea, es un auténtico campeón sin corona.