Tras la mudanza de la mayoría de los propietarios de locales comerciales de la terminal provisional a la renovada, pocos negocios permanecen en los terrenos que ahora son propiedad de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

Los dueños de quince establecimientos, que en su mayoría se dedican a la venta de alimentos y bebidas, suscribieron un convenio de concesión de espacios con la Junta de Beneficencia para permanecer en los predios un año más.

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Sin embargo, desde que la renovada terminal abrió sus puertas al público, los ingresos de estos comercios se han reducido considerablemente.

Alejandro Contreras, quien comercializa confites en su local en la antigua terminal, indica que hasta noviembre del año pasado registraba ganancias de más de 50 dólares diarios, “pero ahora casi no tenemos compradores”.

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A pesar de ello, sostuvo, aún conserva su negocio porque “dicen que se gestiona la instalación de una feria del jean que seguramente traerá a muchos visitantes”.

Contreras paga una cuota mensual de 80 dólares en la antigua terminal; sin embargo, también cuenta con un quiosco en los andenes de la nueva, por el que cancela 280 dólares. “Pero allí también está difícil porque todo el mundo quiere vender confitería y comida”.

Jaqueline Martínez y Ana María Merchán, empleadas de locales de confitería y de ropa, respectivamente, tampoco han obtenido muchas ventas en los últimos dos meses.

“Estamos atendiendo hasta las 20:00, pero casi nadie viene”, dice Merchán.

Los comerciantes del lugar aseguran que una feria del jean se levantará en febrero.

DETALLES: Otros quioscos

Clausura
La semana pasada unos  17 quioscos ubicados en los andenes de la renovada terminal fueron clausurados por expender productos que no constan en sus contratos de concesión.

Productos
La mayoría de los dueños de las islas del centro comercial quieren comercializar alimentos y bebidas porque dicen que es más rentable que la venta de bisutería, ropa y otros accesorios.

Parqueos
El área de estacionamiento de la terminal provisional todavía funciona. Allí, se parquean vehículos particulares que pasados los diez minutos cancelan unos 80 centavos que abarca la hora.