La abrumadora votación de los asambleístas correístas y sus aliados a favor de la Ley de Equidad Tributaria no hizo sino incrementar mi preocupación sobre las aventuras en las que nos están haciendo partícipes a todos sin nuestro consentimiento; aventuras que invaden las fronteras de los derechos de los otros y en las que jamás debieron ellos haber incursionado, so pena de arrastrar culpas per secula seculorum cuando aumenten el desempleo y el subempleo de nuestros conciudadanos.
La amenaza de cerrar las fundaciones que cuentan con fondos municipales para su operación me motivó a preguntar: “Y tú, y tú y tú, Correa, ¿qué has hecho para crear condiciones dignas para los guayaquileños o espacios para que la gente más pobre de esta ciudad aprenda a superarse?”. No es distribuyendo un gold fish que la gente aprende a pescar.
Me queda de regalo para el nuevo año uno de los miles de testimonios de Guadalupe, que hizo llegar su palabra al Programa Municipal de Educación a Distancia Aprendamos: “Nos han devuelto la esperanza de superarnos a aquellas personas que como yo, que tengo seis hijos en mi poder, se me hace imposible dejarlos solos en el lugar tan peligroso como es mi sector… Por tantas razones, que se me ahoguen o que aprendan malas juntas y consumos de drogas, peligro a que los abusen sexualmente o a que se nos lleven lo poquito que tenemos, me he quedado en casa sin poder superarme como persona, como madre, tal vez lo he cumplido pero necesitaba hacer algo para mí y por mis hijos, que mi felicidad es inexplicable. Gracias por ayudarme ya que soy como una esponja que todo lo absorbe, que todo lo aprendo con facilidad, gracias a mi deseo de aprender y superarme”.
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Gilda Macías,
educadora, Guayaquil