Todos los ecuatorianos debemos ser solidarios y unidos con nuestros semejantes, dar   o ayudar a los menos afortunados que por una u otra razón no son exitosos a pesar de  sus esfuerzos. Ayudar a quienes se esfuerzan no solo es una acción humanitaria sino que mejora nuestra autoestima y lo hacemos con gusto. Pero quienes quieren recibir por recibir sin  esfuerzo propio para luego despilfarrarlo ya que no le costó ningún trabajo no merecen ni una segunda mirada. En ninguna de sus intervenciones el Presidente hace esta distinción que puede interpretarse como “con esfuerzo o sin esfuerzo merecen recibir porque simplemente tienen menos”. Querer igualar las condiciones de todos es loable aunque no justo, sí significa un retroceso para individuos o ciudades que han logrado avanzar o mejorar sus entornos. El mensaje enviado será el equivocado: “No se esfuercen porque los logros obtenidos por los esfuerzos de otros serán repartidos con ustedes”.

Fredrick Rosales,
Cuenca