Fabricantes esperan resultados óptimos en comercialización de golosinas en esta temporada.
Como niños que ansían la llegada de la Navidad, las industrias confiteras también esperan la época. Millares de golosinas se comercializan en estos meses para tratar de llenar no solo bolsitas de caramelos y canastas, sino las expectativas de los fabricantes, que aspiran a que estos días sean su mejor temporada de ventas.
Los comerciantes saben que octubre, noviembre y diciembre son los mejores meses del negocio confitero. Algunos concentran en esta fecha más del 30% de sus ventas anuales. Por ello, quienes están en la jugada de producir las golosinas comienzan a trabajar en la producción desde agosto o antes.
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Para las pequeñas y medianas empresas como las agrupadas en Asoconfites, por ejemplo, la producción, que durante el primer semestre registra niveles bajos, durante el segundo se multiplica por la Navidad.
En Ecuagolosina, octubre y noviembre son dedicados a la venta, señala Mario Fernando Sarmiento, subgerente general de la compañía, al explicar que atender pedidos extras ahora es prácticamente imposible.
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Esto porque las primeras compras se anticipan entre junio y agosto y la distribución a los mayoristas, supermercados y autoservicios arranca desde septiembre en adelante.
Dicho comportamiento podría decirse que es relativamente nuevo en la capital, explica Alberto Pérez, gerente general de Icapeb, pues años atrás se esperaba que pasen las fiestas de Quito para iniciar el despacho de los productos.
Ahora, pese a la situación política que ha hecho que este año sea atípico para el sector (por la incertidumbre general del mercado), la producción navideña se ha incrementado en el 15% y los despachos se adelantaron desde agosto, indica Pérez.
Con alrededor de 25 marcas, entre chupetes, caramelos y otros, Icapeb calcula que este año su producción de Navidad (de junio a noviembre) será de 500 toneladas.
Ecuagolosina, en cambio, estima una producción de 20.000 cajas de caramelos surtidos, frutales, duros y suaves.
Los productores de caramelos Indian Candy (tubo de pastillas), cuya fábrica está en Ambato, también multiplican su producción. Lorena Vaca, distribuidora en Quito, vende el producto a mayoristas y a los supermercados Santa María.
A más de caramelos y confites, empresas como Colombina aprovechan la temporada para ofrecer productos especiales como galletas surtidas y waffles, además de pasteles navideños.
La idea es lograr más participación de nuestros productos en la funda y en la canasta navideña, afirma Jaime Granizo, director de mercadeo comercial.
Otras firmas, con volúmenes de producción de caramelos, chocolates y galletas más grandes, también están en plena colocación y promoción. Nestlé, uno de los competidores que lidera la categoría de chocolates, mantiene una campaña para impulsar la venta de sus productos. En tanto que La Universal introdujo nuevas líneas de productos para la temporada.
Cifras
$ 25
Millones. La Universal proyectó culminar el 2007 con ventas superiores a los $ 25 millones, según anunció este año.
$ 53,32
Millones. Fueron las ventas que obtuvo Confiteca durante el 2006. Esta empresa local tiene operaciones en Colombia y otros países.
Pedidos
Además de trabajar para sus propios clientes y por la gran demanda durante la época navideña, las empresas pequeñas también producen para las compañías grandes como Confiteca y La Universal.
Galletas
La venta de galletas también se mueve en Navidad por la tradición ecuatoriana de armar las bolsitas de dulces. Los autoservicios, tiendas y el mismo consumidor se proveen con anticipación.
Ocasiones
Después de Navidad, son importantes para la industria confitera fechas especiales como San Valentín, el Día del Niño, el Día de la Madre; y, en los últimos años, Halloween.