Pese a predicciones alarmistas, Estados Unidos está por concluir su segunda temporada consecutiva de huracanes prácticamente indemne.
Este hecho elevó los temores entre los organizadores de planes de emergencia, quienes deberán combatir la apatía pública y el exceso de confianza cuando adviertan a la gente que se prepare para el año próximo.
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El viernes será el cierre oficial de la temporada de huracanes en el Atlántico. Hasta ahora, sólo un huracán, bastante débil, ha entrado a Estados Unidos durante la temporada que se extiende de junio a noviembre. En contraste, México y Centroamérica han sido golpeados por dos tormentas de Categoría 5, la de máxima peligrosidad.
En la temporada se registraron los siguientes resultados preliminares: 14 tormentas con nombre, cinco de ellas se convirtieron en huracanes y sólo dos alcanzaron potenciales máximos.
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Hubo menos actividad que la prevista por el gobierno estadounidense antes de que comenzara la temporada, y la situación mantuvo un gran contraste con lo ocurrido en el 2004 y 2005, cuando Estados Unidos fue golpeado por tormentas potentes una y otra vez, incluido el huracán Katrina, el desastre natural más costoso en la historia del país.
Sin embargo, los meteorólogos y los gerentes de programas de desastre advirtieron que como resultado del buen año que tuvo Estados Unidos podría crecer el escepticismo cuando se le insta a la población a comprar víveres y abastecerse de agua potable y preparar planes de evacuación por huracanes para el año siguiente.
Ahora que hemos tenido un par de años sin grandes huracanes, el público podría estar más apático que antes? la respuesta es: Ciertamente, indicó el director de la Gerencia de Emergencias, División Florida, Craig Fugate.
Entre más tiempo pase entre este tipo de acontecimientos... la gente se vuelve más complaciente, y ese es un reto que tenemos que continuar combatiendo, agregó.