A las 08:30, en las instalaciones del Inocar, el jefe de esa dependencia, capitán de fragata Mario Proaño, negó que desde esa institución haya salido una alerta oficial sobre un próximo evento sísmico. Aseguró que él es el único vocero para dar este tipo de información, al tiempo que explicó que en caso de detectarse un sismo el protocolo de información es a través de las capitanías de los puertos costeros y de la Defensa Civil.
Por su parte el ministro del Litoral, Ricardo Patiño, quien acompañó a Proaño, indicó que el rumor lo iniciaron personas “que no sé con qué fines” circulaban en motos en Esmeraldas y alertaron a la gente sobre la llegada de olas gigantes.
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Añadió que desde allí el “irresponsable” rumor se propagó inmediatamente a otras ciudades a través de llamadas telefónicas y otros medios.
Proaño y Patiño coincidieron en señalar que ya se han iniciado las investigaciones para determinar a los responsables de esta falsa alarma.
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Incluso, la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión (AER) emprendió ayer las acciones correspondientes para determinar la responsabilidad de una radio local que, en la madrugada, también se encargó de realizar transmisiones sobre la proximidad de un gran sismo.
Por su parte, Minard Hall, director (e) del Instituto Geofísico, explicó, en una rueda de prensa a las 09:00, que los rumores carecen de total validez científica, ya que en el mundo no existe tecnología para predecir un terremoto.
Alexandra Alvarado, vulcanóloga, aseveró que no hubo nada anómalo, las primeras llamadas se efectuaron desde Guayaquil y luego esas informaciones se extendieron por el país.
Alvarado hizo un llamado a la calma a la población y a mantenerse informado. Admite que la preocupación persiste pero hay que tranquilizarse.