Argentina considera a la fábrica como contaminante para un río fronterizo. Uruguay desmiente el peligro de contaminación del medio ambiente y rechaza la eventual relocalización de la fábrica, lo que ha enturbiado la relación bilateral.

Tras un año de mediación española se esperaba que el roce debía culminar con un acuerdo durante la cumbre, pero fue todo lo contrario.

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Las conversaciones no llegaron a nada, y una visita del presidente Néstor Kirchner a la embajada argentina en Santiago, donde apoyó a ambientalistas que protestaban contra la planta, generó el malestar de su homólogo uruguayo, Tabaré Vázquez, quien ordenó iniciar el trabajo de la papelera y cerrar una ruta fronteriza.

En Buenos Aires, la Cancillería entregó al embajador uruguayo una formal y enérgica protesta por esa decisión, que vulneró un compromiso previo del gobierno de Montevideo, según Argentina.