Con relación a la agresión de la bandera provincial, es sin duda efecto de la degradación e ignorancia generacional, carentes de valores cívicos extrañamente no incluidos en la actual pedagogía estudiantil. Los que tuvimos la suerte en las décadas anteriores a los noventa de tener como materia complementaria Cívica entendemos lo que es honrar, venerar, defender y respetar los símbolos patrios sea cual fuese su jurisdicción, pues es obvio pensar que un grupo de desadaptados al pretender mancillar los colores representativos de la provincia del Guayas, no es el sentir ni la actitud del 98% de los peninsulares.
En esta oportunidad cabe recordar que en 1998 tuvimos una actitud similar y reprochable por sus connotaciones al quemar la bandera de la capital de la República multitudinariamente en los bajos de la Municipalidad de Guayaquil y no se enjuició a connotados personajes públicos que respaldaron semejante barbarie injustificada. Grave precedente.
Reflexionemos.
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Rafael Eguiguren,
ingeniero, Loja