La hazaña de la perra callejera Laika, el primer ser vivo en volar al espacio y que fue precursora de los vuelos tripulados por astronautas, cumple hoy 50 años entre la admiración y el agradecimiento del mundo.
Laika, enviada al espacio a bordo de una cápsula soviética el 3 de noviembre de 1957, abrió simbólicamente el camino hacia las estrellas. Su muerte en el espacio fue frecuentemente comparada a una inmolación.
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El episodio ocurrió un mes luego de lanzarse el primer satélite artificial, el Sputnik-1. Entusiasmado por la repercusión internacional de este lanzamiento, el líder soviético Nikita Jrushof pidió algo nuevo para celebrar el 7 de noviembre el aniversario de la revolución bolchevique de 1917, lo que derivó en aquel lanzamiento.
Laika era una huérfana que, según la leyenda, fue capturada con otros perros callejeros.
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El lanzamiento de Laika buscaba demostrar la superioridad tecnológica de la Unión Soviética sobre EE.UU. y trataba de verificar si un ser vivo podía soportar condiciones espaciales.
La perra se llamaba Kudriavka (Rizada, en ruso), pero se haría famosa como Laika (Ladradora), por un perro de Siberia, igual a la del fox terrier.
Lo ocurrido a Laika se reveló 45 años después. Un responsable de la misión dijo que murió a horas de partir aturdida por el zumbido del lanzador, pataleaba, su corazón latía rápido y el calor llegó a 60° C. La misión fue un fracaso parcial, pero permitió enviar otros perros que regresaron salvos a la Tierra.
DETALLES: Histórico
Con sensores
Laika vestía un traje con sensores para emitir su ritmo cardiaco y respiración.
Más animales
Ella no fue el primer explorador en el espacio. Un mono, Alberto I, lanzado en junio de 1948 por EE.UU., sintió la ingravidez en un cohete al volar 63 km de alto.