Simón Intriago se dedica a esta tarea desde hace diez años. En este tiempo ha retocado cerca de 6.000 cuerpos, por lo que asegura no le teme a los muertos y sostiene que “todo lo que se dice de ellos son solo supersticiones”.
Para él existen distintos tipos de mejorar la imagen de una persona muerta. Una de ellas es el maquillaje que dura entre 15 a 20 minutos, según las condiciones del muerto, en la que se resalta la imagen y que no existan gestos de dolor.
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“La idea es cambiar las facciones que deja la tragedia por el de reposo, paz y descanso”, asegura Intriago.
También trabaja en los retoques cuando son muertes por accidente, suicidio o enfermedades infecto contagiosas.
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En el caso de accidentes se inicia un proceso de reconstrucción que puede demorar hasta dos horas. Se concentra en el rostro, las fosas nasales, la recuperación de la mandíbula, el labio y los tejidos. El maquillaje cuesta 15 dólares, la preservación con formol $ 50 y embalsamar el cuerpo $ 300.