Los costarricenses acudieron este domingo a  las urnas para decidir, en el primer referendo de su historia, si su país adhiere o no al Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos.
  
En las 4.932 mesas de votación instaladas en todo el país los  costarricenses acudieron masivamente a depositar el sufragio, en una jornada marcada por la calma. Los centros de votación cerraron a las 00H00 GMT.
  
El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Luis Antonio Sobrado, afirmó  que se superaron las expectativas en la asistencia de votantes, según dijo a televisoras locales.
  
Para que el resultado de este reférendum sea vinculante tiene que haber  votado el 40% de los 2.654.627 personas mayores de 18 años con derecho a voto,  según la legislación.
  
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) tenía previsto anunciar los primeros  resultados oficiales hacia las 20h30 (02H30 GMT).
  
El presidente Oscar Arias, que votó a media mañana en medio de algunos  gritos de los detractores del TLC, dijo que será magnánimo con los opositores  si triunfa el "Sí", aunque prometió que respetará el resultado de la consulta  "aún cuando la diferencia sea de un solo voto".
  
"Yo tengo todavía dos años y medio para gobernar. El rechazo del TLC me va  a hacer más difícil las cosas que estoy haciendo, pero tampoco (será)  imposible", indicó.
  
En caso de victoria del No, el TLC entre Centroamérica y República  Dominicana y Estados Unidos -que ya ha entrado en vigor en el resto de los  países- será enterrado en Costa Rica, mientras que si vence el Sí, quedará  automáticamente ratificado sin tener que pasar por el Parlamento.
  
Los costarricenses no ocultaron su orgullo de participar por primera vez en  un referendo, pese a que el tema del TLC ha polarizado el país.
  
"Vine a votar porque es un deber de ciudadano, nunca antes habíamos tenido  la posibilidad de ser diputado por un día para decidir un asunto tan  importante", dijo a la AFP Sergio Morales, de 45 años, quien emitió su voto en  una escuela del barrio de Sabanilla, en San José.
  
Adolescentes con camisetas del "Sí" y del "No" se dedicaron a lo largo del día a orientar a los votantes hasta las mesas electorales, mientras otros  repartieron refrescos y emparedados a los fiscales de las mesas que vigilan el  proceso de votación.
  
"Aquí estoy desde las seis de la mañana y aquí me voy a quedar trabajando  todo el día, hasta que se recoja el último voto en contra de ese TLC que nada  beneficia a Costa Rica", afirmó una joven que dijo llamarse Ligia y que apoyaba el movimiento del "No" en una escuela del barrio Betania de la capital.
  
Con el referendo, Costa Rica busca poner fin a una discusión que ha  dividido a sus ciudadanos desde 2004, cuando fue firmado el tratado entre Centroamérica y Estados Unidos.
  
De aprobarse el "Sí", se estaría ratificando automáticamente el TLC,  conocido como CAFTA por sus siglas en inglés. De aprobarse el "No", el país  quedaría fuera de ese convenio comercial en el que participan Estados Unidos,  Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y República Dominicana.
  
Unos 45.000 representantes de la Alianza Ciudadana por el "Sí" al TLC, que encabeza el propio presidente Arias, y del Movimiento Patriótico contra el TLC,  cuyo coordinador es el rector del Instituto Tecnológico de Costa Rica, Eugenio  Trejos, se encargaron de supervisar el proceso.
  
A ellos se sumaron más 184 observadores internacionales, entre ellos el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno  José Miguel Insulza.