Guardias que caminaban con paso de ganso y veteranos astronautas con el pecho cubierto de medallas depositaron este jueves ofrendas florales en la tumba de Serguei Korolyov, padre del programa espacial soviético, al celebrar Rusia el lanzamiento del Sputnik, el primer satélite artificial hace medio siglo.
Durante su vida, nadie conoció públicamente el nombre de Korolyov, el científico cuyo intelecto y empeño permitieron a los soviéticos inaugurar la era espacial, pues se trataba de un secreto de estado. Su participación en el programa espacial recién fue divulgada tras su muerte, cuando se le rindió homenaje en un espléndido funeral.
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"Sentimos orgullo de que nuestro país haya abierto para la humanidad la vía a las estrellas", señaló el presidente Vladimir Putin en un comunicado.
Las ceremonias se efectuaron en Zvyozdny Gorodok, apodada "la Ciudad Estelar", el centro de entrenamiento de cosmonautas de Rusia en las afueras de Moscú. Los ingenieros se congregaron en la Academia de las Ciencias para recordar los eventos que condujeron al 4 de octubre de 1957, cuando se lanzó el Sputnik, una bola de metal de 83 kilos (184 libras) que emitía pitidos al circunvalar el planeta.
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El lanzamiento del Sputnik "causó un inesperado furor en todo el mundo. Nadie esperaba eso, ni siquiera nuestros ingenieros", dijo en declaraciones por televisión Viktor Frusmon, quien trabajó con Korolyov.
El éxito de los ingenieros soviéticos asombró al mundo. El lanzamiento fue seguido cuatro años después por otro logro histórico: el viaje de Yuri Gagarin, el primer ser humano que viajó al espacio exterior.
El lanzamiento del Sputnik hizo que el gobierno de Estados Unidos invirtiera grandes sumas de dinero en la investigación espacial y en la tecnología con el objetivo de poner un hombre en la luna, un evento que ocurrió casi 12 años después.