Un ambicioso plan para unir las economías de América del Sur con la construcción de nuevos puentes, autopistas y gasoductos podría destruir la selva del Amazonas en las próximas décadas, advirtió un nuevo estudio de la organización ambientalista Conservación Internacional (CI).

El reporte de 98 páginas, difundido esta semana por la organización de origen estadounidense en el marco de un congreso de parques nacionales de América Latina en la ciudad de Bariloche, sur de Argentina, apunta contra la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura regional Sudamericana (IIRSA), apoyado por 12 naciones, que tiene por meta promover el crecimiento sustentable de la región.

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Según el científico Tim Killeen, autor del estudio y que ha trabajado durante 25 años en el Amazonas, IIRSA se propone derribar los obstáculos geográficos para conectar economías aisladas mejorando las comunicaciones con nuevas autopistas, puentes y la construcción de represas hidroeléctricas a lo largo del continente sudamericano.

Su análisis advierte que los proyectos de IIRSA pueden ocasionar trastornos al ecosistema del Amazonas y a sus comunidades tradicionales y mencionó cambios en el clima, inundaciones, deforestación y explotación minera.

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Si no se mide correctamente el real impacto de las inversiones de IIRSA, particularmente en un contexto de cambio climático y mercados globales, podría desatarse una tormenta de destrucción sobre el medio ambiente, afirmó Killeen.

El peor escenario, pronostica Killeen, será la pérdida de la selva del Amazonas en tres o cuatro décadas.

Sin embargo, el científico cree que esto puede evitarse si se dan pasos concretos para reconciliar los deseos legítimos de desarrollo con la necesidad global de conservar el ecosistema del Amazonas.

En ese sentido, propone que cultivos para biocombustibles, como la caña de azúcar, puedan plantarse en las 65 millones de hectáreas del Amazonas que ya han sido deforestadas en vez de arrasar con más selva para nuevas plantaciones. También instalar granjas de pesca que puedan aprovechar los abundantes recursos de agua de la zona para crear nuevas oportunidades económicas.

IIRSA surgió hace siete años en un encuentro de presidentes sudamericanos en Brasilia. Lo integran Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.