“Yo, como jefe de Estado, le pido perdón a Judith Rivera. Creo que es un error gravísimo lo que ha ocurrido y solicito a todos los funcionarios que no se reproduzcan fallas gravísimas de este tipo que afectan a las personas más humildes, como este caso”, dijo García.

Rivera, una madre de familia de 44 años, denunció a funcionarios del hospital Daniel Alcides Carrión, en la ciudad portuaria del Callao por haberla presuntamente maltratado después de descubrir el contagio con el virus VIH, a través de una transfusión de sangre en el quirófano.

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El Ministerio de Salud dijo que el contagio se debió a la donación realizada por una persona que desconocía ser portadora del virus, lo que no se pudo detectar en las pruebas realizadas por encontrarse en el denominado “periodo ventana”, durante el cual no se detecta el virus ni presenta síntomas.

Para detectar el sida se tarda entre 30 y 35 días con los mejores y más novedosos sistemas, y hasta 3 meses en el caso de la hepatitis C, pero los glóbulos rojos duran 120 días y las plaquetas 3 días, “de forma que no se puede garantizar que las transfusiones son totalmente seguras”, explicó el representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en este país, Manuel Peña.

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El contagio del virus del sida a dos pacientes sometidos a sendas transfusiones de sangre hizo saltar las alarmas esta semana en Perú y puso en entredicho los sistemas de control del sistema público de salud.

La repercusión que generó el caso llevó a declarar el estado de emergencia en todos los bancos de sangre del país.

La medida, impuesta el pasado miércoles y que supuso el cierre de 30 centros, implicó la intervención de todos los bancos de sangre y el compromiso de crear a corto plazo centros de donación e impulsar esta de forma voluntaria como prioridad nacional.