Gustavo Villoldo, un ex agente de la CIA que participó en la captura, ejecución y entierro clandestino de Ernesto Che Guevara, el 9 de octubre de 1967 en Bolivia, subastará un mechón, fotos y reliquias del legendario guerrillero, que desde ese año ha tenido en su poder.
Villoldo, cuyo padre se suicidó tras las incautaciones que sufrió del régimen cubano, dijo que no subastará las coordenadas del lugar donde, afirma, aún está la tumba del Che, y las ofrece a la familia de este.
Publicidad
Cubano, ex agente de la CIA, ofrece varios documentos de Guevara y ubicar dónde lo enterró.
Villoldo decidió que ya era hora de desprenderse del mechón de pelo de Ernesto Che Guevara y de otros objetos que ha guardado como reliquias desde que hace 40 años participó en la captura y sepultura del guerrillero.
Villoldo, de 71 años, quiere cerrar una etapa de su vida marcada por la lucha clandestina contra la revolución castrista desde que en 1959 su padre se suicidara presionado por la incautación de sus empresas por el régimen de Fidel Castro.
Publicidad
Esas reliquias como el mechón de pelo, fotos y mapas de la misión de detección y captura del Che en Bolivia saldrán a subasta los días 25 y 26 de octubre por la empresa Heritage Auctions (http://www.ha.com).
“Con la subasta quiero cerrar una etapa de casi 50 años con la tragedia de mi padre... con este proceso de destrucción de mi país”, explicó.
Sobre lo más valioso de la venta, Villoldo dijo que son documentos y objetos que forman parte de la historia. “Son documentos con los poderes que recibí del presidente (boliviano René) Barrientos y cómo se ejecutó el proceso de localización y captura del Che en Bolivia”, indicó.
Pero quizás lo que más atraiga a los coleccionistas, según Villoldo, es el mechón del Che por lo que representan las imágenes de los guerrilleros de Castro con barba y melena.
“Lo corté porque representaba un símbolo de la revolución de los barbudos y para satisfacer mi ego y porque representaba el éxito que había supuesto acabar con el germen de la revolución en Bolivia”, agregó.
La CIA lo adiestró en misiones clandestinas para acabar con el intento del Che de ampliar la revolución. Así, comenzó la búsqueda de Guevara y lo detuvo con dos guerrilleros, el peruano Juan Pablo Chang y el boliviano Willy Cuba.
Tras consultas con el general Alfredo Ovando, el presidente Barrientos ordenó matar a Guevara y los dos guerrilleros.
“Se debatió qué hacer con los cadáveres. Se descartó la cremación y Ovando me dio la orden de enterrarlo en un lugar secreto”, recordó Villoldo.
En 1997 se anunció que se habían hallado los restos de Guevara con otros seis cadáveres. “Los muertos no se multiplican ni caminan”, dijo, convencido de que Guevara sigue enterrado en la fosa donde él lo sepultó.
Por eso ofrece a la hija mayor del Che, Aleida Guevara March, su ayuda para hallar los restos de su padre, porque se trata de un asunto humano y familiar”.
“Le escribí (en 1997) una carta, que llegó por medios clandestinos, para viajar juntos a Vallegrande, pero no recibí respuesta”, señala Villoldo. El ofrecimiento sigue hoy en pie.
“Si Bolivia lo autoriza, estoy dispuesto a ir con ella al lugar donde está enterrado. Tengo las coordenadas... será fácil dar con el lugar”, explicó Villoldo.
Esas coordenadas del lugar exacto dónde está enterrado el Che, es lo único que seguirá guardando Gustavo Villoldo.
Detalles de la captura
“No me maten, soy el Che”
“No me maten, soy el Che y valgo más vivo que muerto”, fueron las primeras palabras de Guevara, cuando se entregó a soldados del cuerpo de Rangers boliviano el 8 de octubre de 1967.
“Procedí a enterrarlo...”
“En una noche lluviosa y fría enterré a Guevara y los otros dos guerrilleros con ayuda de tres soldados cerca al pequeño aeropuerto que entonces se construía”, dijo Gustavo Villoldo.
Aniversario
El próximo 9 de octubre se cumplen cuarenta años de la muerte del Che en el pueblo Vallegrande, Bolivia, tras neutralizar el grupo con el que Guevara quería implantar la semilla de la revolución.